Por Victor Hernández
Enrique Krauze publicó una columna en el New York Times de plano pidiéndole a Joe Biden que se metiera en los asuntos internos de México. Algo que, de acuerdo con el artículo 123 constitucional, podría considerarse como el delito de traición a la patria.
Pero en vez de tratar de someter a México a los caprichos de los derechistas, como Krauze, Joe Biden lo que hizo fue acceder a enviar a México 2.5 millones de vacunas de AstraZeneca contra el Covid, mismas que Estados Unidos tenía arrumbadas y sin usar porque la CDC (la COFEPRIS de Estados Unidos) no las había autorizado.
O sea que se la peló Enrique Krauze. En vez de joder a AMLO, Joe Biden le va a ayudar a su gobierno a vacunar a más mexicanos contra el Covid.
Un detalle significativo del timing de esto es el hecho de que el envío de vacunas a México se dio a conocer apenas un par de horas después de que la CDC autorizara el uso de la vacuna de AstraZeneca en Estados Unidos. Es decir, Biden envía las vacunas cuando ya le puede ser políticamente costoso hacerlo.
Así que a Krauze le salió el tiro por el yoyo por partida doble. No sólo no logró nada con su petición a Biden para que se metiera en los asuntos de México, sino que además sus acciones podrían considerarse como traición a la patria.
O por lo menos, como dije al principio, eso es lo que dice el 123 Constitucional:
Artículo 123
Se impondrá la pena de prisión de cinco a cuarenta años y multa hasta de cincuenta mil pesos al mexicano que cometa traición a la patria en alguna de las formas siguientes:
I.- Realice actos contra la independencia, soberanía o integridad de la Nación Mexicana con la finalidad de someterla a persona, grupo o gobierno extranjero;
...
X.- Solicite la intervención o el establecimiento de un protectorado de un Estado extranjero o solicite que aquel haga la guerra a México; si no se realiza lo solicitado, la prisión será de cuatro a ocho años y multa hasta de diez mil pesos;
Las brillantes ideas de Krauze para impedir que AMLO sea presidente son realmente patéticas. Lo único que logra es hacerse el candado. Y claro, quedar peor parado ante la opinión pública. Porque lo que hizo se parece mucho a lo que hicieron los conservadores en el siglo 19 cuando pidieron que viniera Maximiliano para derrocar a Juárez.
Lo que le recomiendo a Krauze--y lo mismo va para Aguilar Camín--es que mejor se consiga un trabajo que no dependa del dinero del erario, ni de contratos públicos, ni del sector energético que es de la nación. ¿No que mucho libre mercado? Depender del erario no es libre mercado. Es comunismo. ¿O sea que a Krauze le gusta el comunismo nomás cuando le conviene? Qué cosas...
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