Mientras que en la izquierda mexicana se distraen --o pretenden que nos distraigamos-- con Venezuela (a pesar de que se supone que apoyamos la Doctrina Estrada) en Morelos el caso del asesinato del activista Samir Flores se está convirtiendo en el Ayotzinapa de Andrés Manuel López Obrador.
Mire usted:
Para los que no saben, Samir Flores hacía activismo en contra de la construcción de la termoeléctrica de La Huexca en Morelos. No era fifí ni "conservador."
Hoy hace una semana que Samir Flores fue asesinado a balazos fuera de su domicilio en Temoac, Morelos.
Los sicarios que lo asesinaron llegaron en dos autos. No se trató de un incidente callejero, o de un simple robo. Se trató de un asesinato premeditado y con suficientes recursos para asegurarse de que Samir Flores no quedara con vida.
Pero aquí viene lo que debería despertar la sospecha de todos en la izquierda: apenas un día antes de ser asesinado, Samir Flores y oros activistas acudieron a un foro informativo de Hugo Eric Flores, ex dueño del Partido Encuentro Social. En el lugar, Samir Flores y sus acompañantes cuestionaron a Hugo Eric Flores sobre la termoeléctrica de La Huexca y el Proyecto Integral de Morelos.
¿Por qué debería despertar sospechas? Porque el gran beneficiario de ese proyecto sería precisamente el partido de Hugo Eric Flores, mismo que perdió el registro como partido por no tener suficientes votos y ahora se le pretende regresar el registro de manera inexplicable y con la fuerte sospecha de la intromisión de Andrés Manuel López Obrador en el tribunal electoral.
Por menos de eso la izquierda dio como culpable de los asesinatos de Narvarte a Javier Duarte. ¿La razón? Porque el fotógrafo Rubén Espinosa le tomó una foto a Duarte en la que se ve panzón.
Por eso, reitero, la izquierda dio por culpable de los asesinatos a Duarte.
Pero en el caso de Samir Flores la izquierda no ha dicho ni pío. Ni por el hecho de que fue un asesinato que no deja lugar a dudas de su intención no por el hecho de que un día antes Samir Flores cuestionó al ex dueño del PES.
Peor aún: la fiscalía de Morelos dio a conocer ayer que "extravió" una supuesta evidencia del asesinato de Samir Flores; una cartulina con una amenaza que dejaron los sicarios junto al cuerpo de Samir Flores.
La cartulina fue presentada por la policía como parte de la escena del crimen y la foto tenía datos de geolocalización que correspondían al lugar donde estaba el cuerpo.
Nadamás que hay un problema: los familiares de Samir Flores denunciaron que nunca vieron la cartulina en el lugar de los hechos, lo cual sugiere que fue la policía de Morelos la que puso esa cartulina para tratar de ligar a Samir Flores con el crimen organizado.
Y es que la cartulina menciona a un supuesto grupo delincuencial llamado "Comando Tlahuica" para hacer parecer que el asesinato de Samir Flores tenía algo que ver con el crimen organizado cuando claramente no era el caso. ¿Por qué no es el caso? Porque nadie había escuchar nunca del tal "Comando Tlahuica."
Ah, pequeño detalle: la fiscalía de Morelos es controlada por el PES, cuyo candidato a gobernador era Cuauhtémoc Blanco. ¿Qué cosas, no?
Desde Ayotzinapa no se había visto una indicación tan burda de la participación del Estado en un crimen contra activistas. Virtualmente el caso Samir Flores se está convirtiendo poco a poco en el Ayotzinapa de AMLO.
Pero en vez de indignarse por eso, la izquierda prefiere seguir jugando al tío Lolo con Venezuela.
Lo cual es una vergüenza.
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