domingo, 20 de septiembre de 2015

Foucault refugiados de aquí, de allá @sladogna


Michel Foucault: refugiados (tomado del blog de Norberto Goméz, http://biopoliticayestadosdeexcepcion.blogspot.com.ar/2009/09/un-espacio-biopolitico.html )

El 17 de agosto de 1979, Michel Foucault es entrevistado por H. Uno, a propósito de los campos de refugiados en Camboya y Vietnam. Esta entrevista, conocida como Le problème des réfugiés, est un présage de la grande migration du XXI siègle, no fue incluida en el conjunto de traducciones, que Paidós llevó adelante respecto de algunos de los Dits et Ecrits editados en francés por Gallimard (tomo III, p. 798). Por tanto, se hace pluma la traducción que ha de presentarse en los parágrafos citados de esta entrevista.

La pregunta que inaugura la entrevista, está orientada al "origen del problema" de los refugiados vietnamitas. Trata de circunscribir la causa/ causas, y denota una ambigüedad: si el "problema" se sitúa en cuanto a las condiciones propias de los asentamiento de refugiados, o los problemas que traen al Estado en que se encuentran estos asentamientos. Foucault, toma las cosas por otro costado: la tensión de poderes. No lo explicita de este modo, solo hace una mostración: que "Vietnam no ha cesado de estar ocupada", durante más de un siglo, por potencias militares francesas, japonesas y los Estados Unidos. Y, aún hoy, la ex Vietnam del sur se encuentra bajo la ocupación de la ex Vietnam del norte. Además, introduce una consideración fundamental: "Durante un siglo, esta serie de ocupaciones, los excesivos antagonismos, se han producido en el seno de la población. Hubo un número considerable de colaboracionistas con los ocupantes". En esta categoría, estaban, también, los mercaderes que hacían negocios con los colonos, "o los funcionarios regionales que trabajaban bajo la ocupación". A causa de estos antagonismos históricos, "una parte de la población se encontró acusada y abandonada". (M. Foucault, "1", p. 798). Es decir, la tensión generada por la lucha de poderes entre ocupantes y ocupados, y entre los mismos ocupados entre sí, teje sus redes en la población misma. Camboya, es otro ejemplo, aunque distinta su ejecución. En Camboya, dice Foucault, "el gobierno ha masacrado a su pueblo en una escala hasta aquí jamás alcanzada. Y el resto de la población que ha sobrevivido, (...) se encuentra bajo la dominación, de un ejército que usa un poder violento y destructivo (...) (M. Foucault, "1", p. 798). Y, remarca una urgencia: que sin desdeñar las diferencias históricas y culturales, -incluso se pueden agregar las diferencias geopolíticas-, es preciso priorizar: "(...) cuarenta mil vietnamitas, derivan a lo largo de Indochina, o bien terminan en islas, al umbral de la muerte. Cuarenta mil camboyanos han sido echados de Tailandia, quedando en peligro de muerte.

"Ninguna discusión sobre el equilibrio general de los países del mundo, o ningún argumento sobre las dificultades políticas y económicas que acompañan a la ayuda a los refugiados, pueden justificar que los Estados abandonen a estos seres humanos, a las puertas de la muerte" (M. Foucault, "1", p. 799).

Especificando la cuestión de Vietnam, donde el "poder político ha sido ya establecido", este poder "excluye" a una parte de la población". Una exclusión interna está ya dada por las condiciones de soberanía establecidas. Esta parte de la población excluida, tampoco quiere al poder político que gobierna. Y Foucault plantea "(...) el Estado ha creado una situación donde esta gente, está obligada a buscar la posibilidad aleatoria, de sobrevivir en un éxodo al mar, antes que quedarse en Vietnam (...)" El gobierno vietnamita, lejos de abandonar a su suerte a esta población, al menos a aquellos que aún no se lanzaron a la aventura del éxodo marino a riesgo de sus vidas, se le ocurre una "solución" (así, con las comillas del caso): "propone construir centros de tránsito para reagrupar a aquellos candidatos a partir". Y Foucault continúa:

Estos, quedan ahí [en los centros de tránsito], semanas, meses o incluso años, hasta que encuentran un país de acogida. Pero esta proposición se parece, curiosamente, a campos de concentración. (M. Foucault, "1", p. 799).

Para Foucault, en esta entrevista, el futuro próximo parece desbordar de estas consideraciones que, hasta aquí, presentó durante la entrevista: genocidios y persecuciones étnicas. Y que estos fenómenos "se manifestarán de nuevo bajo otras formas". En principio, pues, los Estados dictatoriales van en aumento, mostrándose imposible, en esas poblaciones, las "expresiones políticas" así como, también, se encuentran dificultadas las variadas formas de resistencia. Las poblaciones reprimidas por las dictaduras, "eligen escapar del infierno".
Pero una segunda razón está en el fundamento de las derivas de miles de hombres, y la puesta en sitio de asentamientos de refugiados. En las antiguas colonias se han creado Estados, "respetando tal cual las fronteras de la época colonial", estando, entonces, etnias, lenguas y religiones mezcladas. Esto crea grandes tensiones. "En estos países, los antagonismos en el seno de la población, corren el riesgo de estallar y de ocacionar desplazamientos masivos de población, y el desmoronamiento del aparato de estado" (M. Foucault, "1", p. 800). Pero una tercera razón, -cuya actualidad en estos días se constata y se muestra linqueada en el blog, con artículos periodísticos sobre los inmigrantes en diferentes partes del "mundo"-, anota esta lectura de futuro próximo, que vislumbraba Foucault.

"(...) las potencias económicas desarrolladas, que tenían necesidad de mano de obra del tercer mundo y de países en vías de desarrollo, han hecho llegar inmigrantes de Portugal, Argelia o de África. Pero hoy día, los países que no tienen más necesidad de mano de obra, en razón de la evolución tecnológica, buscan despojarse de estos inmigrantes" (M. Foucault, "1", p. 800).

Estas bases que presenta Foucault que entrañan "migración de poblaciones", implican ciento de miles y millones de personas. Migraciones dolorosas, trágicas, asentamientos acompañadas de muertes y asesinatos, "(...) ésto constituye un presagio del porvenir" (M. Foucault, "1", p. 800).



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