domingo, 23 de marzo de 2014

Por qué Luis Donaldo Colosio nos debe valer verga, pero no la impunidad de su muerte

Por Victor Hernández

Hoy se cumplen 20 años del asesinato de Luis Donaldo Colosio, y como todos los años nos tenemos que soplar la zalamería de los medios que lo pintan como un prohombre y non-plus-ultra prócer y caudillo de la democracia.

Puras pinches mamadas quedas.

La realidad es que Luis Donaldo Colosio, el político, no sólo no era ni prohombre, ni próces ni caudillo. Y la verdad, nos debe valer tres kilos de AUTÉNTICA VERGA.

Lo que le celebran los medios a Colosio -y con lo cual lucran algunos oportunistas aunque la familia de Colosio no los trague- no es alguna acción concreta, sino un mero discurso de campaña.

"¡Es que con Colosio iba a cambiar el PRI! ¡Por eso lo mataron!" alegan desde hace 20 años.

¡Mis huevos son tus ojos y mi verga tu nariz. Mis pelos tus pestañas y mis mecos tus lagañas!

No nos hagamos pendejos. Colosio nunca hizo nada ni iba a hacer nada por lo acotado que iba a estar por diversos poderes fácticos.

Lo de Colosio era mero discurso de campaña. Y lo decía porque no le quedaba de otra. Porque Carlos Salinas de Gortari llegó al poder por medio de un fraude electoral y Colosio sabía que eso pesaba en la opinión pública. Y sabía también que sin un discurso distanciándose del salinismo el PRI no iba a ganar.

Es exactamente lo mismo que pasó con Luis Echeverría y Gustavo Díaz Ordaz. El discurso de Echeverría era de "apertura" y casi casi "de izquierda" tras la masacre de Tlatelolco, cuando en realidad la guerra sucia contra la izquierda y contra la prensa crítica continuó igual. Vamos, Echeverría le dijo directamente en la Casa Blanca a Richard Nixon sendas pestes contra Fidel Castro para que EU impidiera que Cuba fuera el ejemplo a seguir para América Latina.

Cada candidato presidencial del PRI promete no ser como el PRI, ser distinto, ser "moderno" y mierda y media que ni ellos se creen. Peña Nieto prometió en campaña que la gente iba a ganar más y es una mentira que hasta la fecha ningún medio se ha atrevido a reclamarle por lo bien que el gobierno federal priista les unta la cola de billetes hasta los que se supone que son "de izquierda."

Pero en los hechos, ningún candidato del PRI ha cumplido sus promesas.

Es exactamente lo mismo con Colosio. Se cocinó un discurso de supuesto cambio para una campaña electoral. Lo suyo era marketing político, no acciones concretas.

No sólo eso: los únicos dos cargos importantes que tuvo fueron grises en el más optimista de los casos. Como presidente del PRI lo único que le festejan es que reconoció en triunfo del PAN en Baja California, cuando en realidad ese triunfo fue una concertacesión para que el PAN legitimara el fraude de Salinas un año antes.

Como secretario de desarrollo social no hubo cambios importantes en el país. La pobreza siguió exactamente igual.

No lo digo yo. Lo dicen las cifras del CONEVAL. De 1992, cuando Colosio entra a la SEDESOL, a 1993, cuando deja el cargo, son prácticamente las mismas: poco más de 21% en pobreza alimentaria; apenas por debajo de 53% en pobreza de patrimonio, y casi 30% en pobreza de capacidades.

¿Eso es lo que le festejan a Colosio? ¿Que fue un incompetente cuando tuvo un cargo público?

No; le festejan un discurso de campaña que no iba a cumplir porque no tenía manera de cumplirlo porque el problema no era el PRI, sino su política de entreguismo a los banqueros, trasnacionales y grandes empresarios. Con esos no se iba a meter ni por asomo.

Lo único que nos debe importar del caso Colosio es que es un crimen más de Estado que sigue en la impunidad. Pero si nos vamos a poner a cambiar nombres de colonias, a hacer estatuas, y programas especiales de televisión, y en general megapedo infinito en los medios por una muerte, pues entonces que también lo hagan por las otros asesinatos del régimen.

Por ejemplo, la muerte de Juan Francisco Kuykendall, quien murió tras un año de coma causado por un balazo de goma de la policía federal de Enrique Peña Nieto (Manuel Mondragón ya había tomado el mando de la PF) durante las manifestaciones en San Lázaro del primero de diciembre de 2012.

Eso fue auténticamente un crimen de Estado complétamente impune y no hay estatuas para Kuykendall, ni alguna colonia lleva su nombre, ni le han dedicado programas especiales ni Carmencita Aristegui le ha dedicado el mismo nivel de ruido que sí le ha dedicado a Colosio.

La diferencia es que Kuykendall sí era un luchador social. Colosio era un político del PRI en campaña. Es decir, algo muy cercano a lo que podría considerarse como un merolico.

¿Que indigna que no haya castigo para Carlos Salinas de Gortari por el asesinato de Colosio? Sí. Pero también indigna que no lo haya para Enrique Peña Nieto por la agresión contra Kuykendall que derivó en su muerte.

¿Que Salinas debe ser castigado? Sí. Pero a ver: quiero ver quién va a ser el valiente en los medios que le va a exigir a Peña Nieto que castigue al que de verdad mueve los hilos de su cargo.

Máxime cuando los medios reciben carretadas de dinero del gobierno federal para que no se les salgan del huacal, como en los tiempos del viejo PRI.

Así que en lo que a mi concierne, me vale mucha madre Colosio como personaje o como político. Lo que no me vale madre es que el asesinato de cualquier persona quede impune. No porque sea Colosio, sino porque es un delito y se tiene que castigar sea quien sea.

Lo que indigna, es que se le ponga más atención a un personaje gris como Colosio cuyo único mérito fue dar discursos de campaña, que aun luchador social como Kuykendall que de verdad se enfrentó al poder con acciones concretas y lo pagó con su vida.

PD: Es muy miserable lo que publica hoy El Universal, sugiriendo que la muerte de Colosio fue por no hacer caso a advertencias de que lo iban a matar. No; la culpa es del gobierno de Carlos Salinas de Gortari por no haberlo impedido. Colosio fue un político gris, pero ningún asesinato debe quedar impune, y menos con una sugerencia tan imbécil de que el culpable es la víctima.

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