Por Victor Hernández
El dirigente nacional del PRI, Alejandro Moreno, tiene una última oportunidad para retirar al PRI con dignidad de la vida pública o para hundirlo para siempre en la mierda.
Esa última oportunidad es la votación para aprobar la reforma electoral. Si el PRI vota a favor el PRI podrá retirarse de la vida publica nacional--puesto que de todos modos van a perder todas las elecciones de 2023 y 2024-diciendo que por lo menos ayudaron a que las elecciones fueran verdaderamente democráticas.
Pero si el PRI vota en contra, y la reforma electoral es desechada, entonces el PRI además de perder todas las elecciones de 2023 y 2024 también se retirará de la vida pública con la etiqueta de mapache, corrupto y derechango de por vida.
Al final lo único que lograría el PRI votar en contra de la reforma electoral es retrasar lo inevitable cinco años. En 2024 Morena aplastaría a la derecha en las elecciones y tendría mayoría calificada en el congreso para aprobar reformas electorales. ¿Cómo sabemos eso? Porque luego de que la derecha provocó a los que apoyamos a AMLO y a la reforma electoral, salimos a marchar de manera masiva a respaldar a AMLO y a la reforma electoral. Provocaron al tigre y el tigre los aplastó.
Como dije, si el PRI no aprueba la reforma electoral esta semana, se aprobará en 2024. Una vez aprobada la reforma electoral tomaría efecto a partir de 2027 para la cámara de diputados y de 2030 para el senado. Y al tener el PRI el repudio ciudadano, el PRI no tendría más diputados federales en 2027 y ni diputados ni senadores en 2030.
Pero si el PRI aprueba la reforma electoral, a lo mejor tendría uno que otro diputado federal en 2027 y 2030. De nuevo; el PRI se retiraría de la vida pública con un poco de dignidad.
¿Qué quieren entonces, Alito? ¿Un poco de dignidad o mierda para siempre? Lo sabremos cuando voten la reforma electoral. Sólo recuerden que el tigre tiene memoria.
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