Por Victor Hernández
Ayer el Subsecretario de Salud, Hugo López Gatell, dijo que 97% de los hospitalizados por covid en México no se vacunaron y que por eso era importante vacunarse.
La declaración fue sumamente irresponsable, ya que sugiere que los hospitalizados no se vacunaron por decisión propia, cuando la realidad es que la mitad de la población no se había vacunado porque aún no le había tocado turno por edad y por región hasta hace apenas dos semanas.
Sí; fue apenas hasta hace dos semanas que se abrió la vacunación para mayores de 18 años. Los jóvenes, por lo menos en la Ciudad de México, fueron muy responsables y se fueron a vacunar de manera masiva, al grado de que se acabaron las dosis de la vacuna Sputnik y usaron dosis de AstraZeneca para compensar.
El problema es que se trata de la primera dosis, y los anticuerpos no se generan hasta 3 semanas después.
Lo cual quiere decir que todos los que se vacunaron recientemente estarían en riesgo de contagio hasta la semana que viene por lo menos.
Así que la manera en la que López-Gatell formuló su declaración fue francamente lamentable.
Sí hay gente que no se ha querido vacunar por ignorancia, por necedad, etc. Pero no se puede decir que es el caso en TODAS las hospitalizaciones, como sugirió la declaración de Hugo López Gatell, cuando la realidad es que medio país no se ha podido vacunar porque no le ha tocado su turno.
La verdadera razón por la cual hay hospitalizados es porque se levantaron las restricciones de actividades en lugares públicos, como restaurantes, bares, centros de trabajo, etc. La gente simple y sencillamente creyó que estar en semáforo verde quiere decir que ya no hay covid. Y todos los no vacunados salieron a la calle como si nada.
El resultado lo estamos viendo ahora: Una tercera ola de contagios entre las personas que no se han vacunado. No por gusto, sino porque no les tocaba aún la vacuna por edad o por región.
Lamentablemente, quien no quiere que se cierren las actividades es el presidente Andrés Manuel López Obrador. Le urge la recaudación de impuestos para poder sostener los programas sociales. El problema es que el costo-beneficio es altísimo; saturación de hospitales y muertes. Bastantes menos muertes que antes de que se vacunara la mitad de la población con más edad, sí, pero muertes al fin y al cabo.
Si el gobierno de AMLO quiere frenar la segunda ola, la única solución es frenar todas las actividades durante 3 semanas para que la gente se vacune y no aumenten los contagios. No hay de otra. Porque si se sigue permitiendo que la gente se exponga a contagiarse (y seamos realistas; la gente sí es muy irresponsable en lo que a reuniones sociales se refiere) no van a terminar los contagios.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario