Por Victor Hernández
La semana pasada, el 26 de marzo, el diario Reforma publicó algo que francamente tiene el tufo a amenaza de golpe de estado contra Andrés Manuel López Obrador. Lo publicó en su columna "Templo Mayor", la cual no se publica sin permiso de los dueños de Reforma.
Lo publicado por Reforma se refiere al hecho de que AMLO dijo que su gobierno analizaría si aumenta la participación del estado en la extracción de litio. Esto es lo que publicó Reforma:
NOTEN el último párrafo:
Al grito de "¡Arriba las manos! ¡Esto es una nacionalización!", el gobierno de la 4T ya salió con la idea de reformar la lay para agandallarse, perdón, para nacionalizar el litio y todo el proceso industrial y comercial a su alrededor.
La propuesta del senador morenista Alejandro Armenta, dedo chiquito de Ricardo Monreal, equivale a que la administración federal actúe como cualquier cártel del crimen organizado, cobrando piso a empresas legalmente establecidas.
Y es que si bien el litio se ha convertido en uno de los metales más codiciados a nivel internacional --especialmente por sus usos en cuestiones electrónicas--, el gobierno mexicano no tiene ni la infraestructura ni la capacidad para hacerse cargo de esa industria. Quienes saben de minería podrían explicarle a Andrés Manuel López Obrador que extraer el litio no es tan fácil como hacer enchiladas mineras, sino que requiere de un proceso técnico que puede tardar ¡hasta tres años!
De hecho, con su idea de crear un organismo equivalente a Pemex para el litio, el gobierno se encamina hacia el drama que ya viven otros países con grandes yacimientos como Bolivia; la paradoja de la abundancia que no saben convertir en riqueza.
Vamos a pasar por alto la mentira de que nacionalizar el litio sería un "agandalle". La Constitución establece que el subsuelo es propiedad de la nación. También vamos a pasar por alto la estupidez que publica Alejandro Junco de que el gobierno sería como el crimen organizado si nacinoalizara el litio, ya que en realidad sería como Lázaro Cárdenas y Adolfo López Mateos. Todo eso es falso y ardor de almorrandas de la derecha.
Lo verdaderamente grave es lo que dice el último párrafo, en donde Reforma hace la comparación con Bolivia.
Porque el golpe de Estado que le dieron a Evo Morales fue precisamente por el control del litio. La gente de Bolivia no tuvo problema con volver a votar por el partido de Evo Morales. Su cuarta reelección no era el problema. El problema era el control del litio.
De nuevo; lo que publicó Reforma, no nos hagamos, tiene todo el tufo de una sugerencia de un golpe de estado contra AMLO si se nacionaliza el litio.
Y eso, si se toma al texto con esa intención, es algo MUY grave. Es prácticamente una sugerencia de sedición.
Ahora bien, lo que le convendría a Alejandro Junco es recordar lo que pasó en Bolivia luego del golpe de Estado. Sí, Evo Morales no se pudo reelegir de nuevo. Pero en la elección extraordinaria ganó el partido de Evo Morales.
Y ahora la golpista Jeanine Áñez está en prisión.
¿Siguen con ganas de que el asunto se ponga como en Bolivia, Reforma?
Digo, para saber.
PD: Llama la atención que NADIE se dio cuenta de esto la semana pasada. De hecho, me esperé a hoy para hacer el señalamiento para ver si alguien en los medios decía algo. NADIE dijo nada. Luego no digan que los medios son una pobres víctimas cuando no hacen su trabajo.
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