Por Victor Hernández
China está por lanzar el Yuan digital, que es la versión digital de su moneda que se puede usar sin tener una cuenta de banco. China ha estado desarrollando el Yuan digital desde hace 5 años.
Las ventajas de una moneda digital para un país son enormes. Para empezar, le da la manera a la población de pagar transacciones en tiempo real sin usar efectivo PERO sin depender de un banco privado y sin pagar comisiones.
En segundo lugar, una moneda digital es fácil de rastrear. Si alguien hace un fraude con moneda digital, el fraude se puede rastrear y revertir. Nada de que “ezdeke ya metió el dinero otra cuenta y ya no se puede recuperar.”
Por último, una moneda digital se puede mover de manera internacional sin tener que depender de bancos extranjeros. El beneficio es para el consumidor.
Si existiera un peso digital basado en blockchain, por ejemplo, los paisanos en Estados Unidos podrían enviar remesas de manera instantánea a sus familiares en México comprando pesos digitales en los consulados mexicanos o en tiendas.
Si se generalizará el uso del peso digital, además, la gente dejaría de pagarle comisiones a los bancos por pagar luz, agua, etc. Y sería más fácil hacer comercio en internet.
Los gobiernos de derecha no quisieron hacer un peso digital porque afectaría a sus cuates de los bancos. Y el gobierno de Andrés Manuel López Obrador no lo ha querido hacer porque el Peje ni entiende la tecnología ni le interesa. Sería más fácil y más barato depositar las pensiones de adultos mayores y las becas en pesos digitales que pagarle a bancos por manejar las tarjetas de débito. Se acabaría el problema de la reposición en caso de pérdida o robo, etc.
Así que como el gobierno de AMLO no implementará un peso digital, quien debe empezar a planear el desarrollo del peso digital es Marcelo Ebrard y darlo a conocer en sus primeros 100 días de gobierno si lanza candidatura y gana las elecciones de 2024.
Sólo así será posible desarrollar la economía digital en México de una manera más sencilla y, bueno, valga la redundancia, económica.
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