Andrés Manuel López Obrador cometió un error al decir lo siguiente hace unos días:
“O se está por la transformación o se está en contra de la transformación del país; se está por la honestidad y por limpiar a México de corrupción o se apuesta a que se mantengan los privilegios de unos cuantos a costa del sometimiento y empobrecimiento de la mayoría de los mexicanos”.
Obviamente nadie quiere estar a favor de la corrupción. Pero el problema es no es e qué sino el cómo.
Mire usted:
Muchos que estamos en la izquierda no estamos de acuerdo en que se pretenda combatir a la corrupción con Manuel Bartlett en CFE.
No estamos de acuerdo en que se pretenda alegar que alguien tan deleznable como Sanjuana Martínez esté usando recursos públicos para atacar a periodistas. Eso también es currupción.
No estamos de acuerdo en que una crítica legítima contra el mal desempeño de funcionarios del gabinete de AMLO sea visto como estar en contra de la corrupción.
Votamos para que AMLO transformara al país, sí. Pero no votamos para que lo haga mal. Votamos para que AMLO corrija errores, no para que los perpetúe.
Por otro lado, no tiene ningún caso que AMLO se siga quejando de las críticas de la derecha considerando que:
1. Tras año y medio de ataques de la derecha no han logrado nada y su popularidad sigue entre 58% y 60%.
2. Por consiguiente, la derecha ya no tiene poder sobre la opinión pública.
Irónicamente, al no corregir errores realmente lamentables dentro de su propio gobierno, AMLO le da armas a la derecha para que lo puedan atacar con datos duros y no con guerra sucia.
La única manera en la que AMLO podrá impedir que la derecha le haga golpeteo que de verdad le pueda hacer daño es corrigiendo los erroes de su gobierno. No para darle gusto a la derecha, sino para darle gusto a los que votaron por AMLO pero se pueden abstener o votar en su contra si no corrige errores.
No entender eso es el error que le puede costar a AMLO que su proyecto se caiga a la hora de ir a votar.
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