Ayer se dio a conocer de manera oficial lo que ya se sabía desde agosto: que Martí Batres sería candidato de Morena al Senado porque la candidata al GDF sería Claudia Sheinbaum.
Claro, se hizo una "encuesta" y Martí salió ¡oh sorpresa! puntero en esa encuesta.
Bueno. Pues ya está eso resuelto. Ahora lo que Martí debe entender es que de ninguna manera tiene ganada la senaduría, y que si no afina una buena estrategia de campaña, le va a ganar el PRD. Mire usted por qué:
Para empezar, en el DF los votantes votan diferenciado. En 2012, por ejemplo, si sumamos todos los votos del la alianza PRD-PT-MC, hubo 130 mil votos MENOS para senador y diputados que para presidente. Es decir, los candidatos al Senado y a diputados federales de izquierda tienen menos votos que el candidato a presidente.
Ahora bien, de los mismos resultados de 2012 hagamos el siguiente ejercicio:
1. Al voto del PAN para el Senado le sumamos el voto de MC y el 40% del voto del PRD, que es en teoría lo que quedaría del voto del PRD en el DF luego de que Morena le quitara el 60%. El resultado sería alrededor de 1,653,766 votos.
2. Vamos a asumir que el voto de Morena es el 60% del voto del PRD en 2012 y todo el voto del PT de los votantes que marcaron más de un partido en la boleta. El resultado para el Senado es 1,407,362 votos. Es decir, los candidatos de Morena para el Senado perderían la elección en 2018 de repetirse una proporción de voto similar a la de 2012. Y como no hay candidatos independientes dividiendo el voto de derecha, la alianza PAN-PRD-MC ganaría las dos senadurías del DF. Si eso ocurre, Martí obtendría la senaduría por la vía plurinominal asumiendo que quede en primer lugar en la lista, porque de lo contrario la pluri se la darían a la otra candidata de Morena.
Por lo cual, insisto, Martí Batres NO debe suponer que ta tiene ganada la senaduría. No la tiene asegurada contra la alianza PAN-PRD-MC. Y no la tendrá ganada si no tiene una buena estrategia de campaña. Porque si cree que sólo porque AMLO y Claudia Sheinbaum son los punteros en las encuestas, entonces realmente está subestimando al electorado. De nuevo: en el DF la gente vota con voto diferenciado, y ese voto diferenciado, junto con la suma de votos de PAN-PRD-MC, es el que pone en entredicho que Martí Batres tenga asegurada la senaduría.
Por lo cual, insisto, Martí tendría que tener no sólo una muy buena estrategia de campaña, sino que además tendría que echarla a andar inmediatamente si quiere ganar la senaduría en 2018.
NOROÑA SE VA AL CAÑO
La sorpresa en la "encuesta" de Morena es que por alguna inexplicable razón Gerardo Fernández Noroña fue incluido como posible candidato. Noroña estaba segurísimo de que podría ser candidato independiente a la presidencia y ganar (bueno, de eso lo engatuzó cierto mitómano que es cortesano del PRI), pero resulta que ni a candidato de Morena al Senado llegaría.
Más bochornoso aún: Noroña quedó en TERCER lugar en la encuesta de Morena. Como ya le queda claro a muchos, quedar en tercer lugar en una encuesta de Morena es la manera sutil del Peje de decirle al aspirante que no quiere que sea candidato. Eso fue exáctamente lo que pasó con Ricardo Monreal. Le informaron que no quieren que sea candidato al GDF poniéndolo en tercer lugar en la encuesta.
Y con lo cual Noroña se va al caño de la izquierda. Simple y sencillamente en Morena no lo tragan. Y no debería extrañarle a nadie. Noroña, después de todo, se convirtió en tonto útil del PRI desde hace unos y terminó de mascota de Televisa. Todo por su ego desmedido y su ambición vulgar. Hoy se queda una vez más como el perro de las dos tortas sin que nadie le de candidatura a nada. A lo mejor el PT le da pluri en 2021, pero como se recordará, en 2015 Noroña no sólo hizo el ridículo y no ganó nada, sino que además el PT casi pierde el registro.
Noroña ya debería entender que haberse vendido al PRI tiene consecuencias serias. No puede seguir pretendiendo ser de izquierda y ser además mascota del peñanietismo televiso. Eso no es ser de izquierda. Eso es ser un farsante.
PD: No estoy bromeando cuando digo que Martí Batres no tiene ganada aún la senaduría. Y hablo muy en serio cuando señalo que debe afinar una buena estrategia de campaña basada en números y estadística electoral si quiere ganar. Desafortunadamente, Martí no sabe cómo hacer eso. Yo sí se cómo. Si quieren que gane Martí, díganle que me contacte. Mínimo, háganle llegar esta columna para que la lea.
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