viernes, 23 de enero de 2015

Salida de Alfredo Castillo de Michoacán confirma fracaso de @EPN en seguridad pública

Por Victor Hernández

La salida de Alfredo Castillo del cargo del gobernador de facto de Michoacán -oficialmente comisionado federal- simplemente confirma el fracaso del ex candidato presidencial priista, Enrique Peña Nieto, en materia de seguridad pública, particularmente en ese Estado.

La versión oficial de por qué fue Castillo removido del cargo por Peña Nieto es "para no enrarecer el ambiente electoral" en Michoacán.

Pero la verdadera razón es otra.

La verdadera razón para el retiro de Castillo es porque la oposición lo convirtió -con justa razón- en bandera política para demostrar lo pésimo que ha sido el PRI para Michoacán.

El pasado 13 de enero, por ejemplo, hubo una protesta afuera de la Cámara de Diputados contra Castillo, quien tenía que comparecer ese mismo día ante los diputados.

Dentro de la Cámara, diputados del PAN, PRD y MC cuestionaron a Castillo por los resultados de la estrategia de seguridad pública en Michoacán y hasta lo llamaron "virrey".

Una semana después, el 20 de enero, los tres precandidatos a la gubernatura de Michoacán -¡hasta el del PRI!- declararon que de ganar la elección no requerirían a Castillo en la entidad.

No lo dijeron abiertamente, pero la única razón que habría para que hasta el PRI rechazara a Castillo es por su pésimo desempeño y por sus nulos resultados contra la inseguridad, ya que tanto los Templarios como los Viagras siguen operando y La Tuta está libre e impune como si nada, mientras que a los únicos a los que han encarcelado los priistas ha sido a los autodefensas que combatían a los narcos y los tenían replegados, prueba del pacto que hay entre el narco y el PRI en Michoacán.

Como claramente Castillo representaba un boquete en la línea de flotación del PRI en Michoacán, y la oposición lo podría usar con la mano en la cintura para ganarle al PRI, Peña Nieto mejor decidió quitarlo del cargo.

De lo que Peña no se dio cuenta es de que simplemente quitar a Castillo no borra toda la ineptitud, prepotencia, e injusticias que cometió en el cargo.

De eso aún puede valerse la oposición para ganarle a Peña Nieto.

¿Qué le depara a Castillo ahora? Una de dos; lo van a mantener fuera de los relfectores en algúna subsecretaría de poca monta en Segob o en la PGR, o lo van a ir preparando para darle una pluri y así matenerlo impune, con fuero y en el escaparate para las elecciones de Edomex en 2017.

Mientras tanto, la izquierda debe diseñar muy bien una estrategia para mostrarle a la gente durante las campañas electorales el fracaso y el fiasco que fueron Fausto Vallejo, Alfredo Castillo y desde luego el PRI en general.

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