lunes, 24 de marzo de 2014

Rumor, asesinato de Colosio por Flavio Mélendez Z, subido por @sladogna

LA EFICACIA DEL RUMOR: EL ASESINATO DE COLOSIO por Flavio Meléndez Z 

“…si Freud ha escrito en alguna parte que “la anatomía es el destino”, habrá quizá un momento en que, cuando se haya vuelto a una sana percepción de lo que Freud nos ha descubierto, se dirá –no digo ni siquiera que “la política es el inconsciente”-, sino más simplemente: el inconsciente es la política”.
  Jacques Lacan, 10 de mayo de 1967.
    En sentido tradicional se entiende el rumor como una versión que circula “de boca en boca”, a través de vías informales que forman parte del decir popular, cuya autoría y circuitos de difusión son desconocidos con precisión. Sin embargo, a partir del surgimiento de la sociedad mediática en el siglo XX no es posible plantear la existencia de un rumor al margen de la influencia de los medios: “Los rumores circulan de hecho tan bien de manera informal (difusión de boca a oreja) como formal (difusión mediática).
No hay oposición entre los dos, ni exclusión".[1] De aquí se pueden derivar por lo pronto dos consideraciones: por un lado, la transmisión del rumor involucra a los cuerpos de quienes participan en ella, poniendo en juego elementos que forman parte del circuito de la pulsión: los agujeros corporales de la boca y la oreja, y la voz como objeto; por otro lado, el rumor se nutre de los medios de comunicación tanto como éstos de aquél, por lo que no es posible localizar un rumor “puro” que podría existir aislado, con total independencia de los medios. Incluso algunos relatos que ya circulan en un ámbito limitado alcanzan el estatuto de rumor a partir de su aparición en los medios bajo la forma de un comentario o un desmentido que contribuye a su difusión, sin que por ello se pueda ubicar su origen en esa circunstancia. El caso que aquí estudiamos corrobora esta alimentación recíproca entre vías informales y mediáticas en la circulación de un rumor.
 
En este trabajo nos ocupamos del rumor, en sus distintas versiones, que circula antes del asesinato de Luis Donado Colosio Murrieta, quien fuera candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en los comicios de 1994 para elegir presidente de México. Colosio es asesinado al salir de un mitin de su campaña electoral en una colonia popular de nombre Lomas Taurinas, en la ciudad de Tijuana Baja California. Al caminar entre la multitud de asistentes al acto político, recibe un disparo de arma de fuego en la cabeza y al ir cayendo recibe otro más en el abdomen. [2]
 
El rumor mencionado tiene su inicio en un momento preciso, cuando el 10 de enero de 1994 el Presidente de la República, Carlos Salinas de Gortari, nombra a Manuel Camacho Solís como Comisionado para la Paz y la Reconciliación Nacional, para hacer frente a la crisis política desatada por la rebelión armada del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, que había estallado el primer día de ese año en el estado de Chiapas. Ese nombramiento coincide con el día del inicio formal de la campaña de Colosio, trastocando los rituales establecidos por la tradición sucesoria del régimen, pues vuelve a poner en el centro del escenario político nacional a quien había sido el principal rival de Colosio en la recta final por la candidatura del partido oficial,[3] lo que va a opacar la campaña electoral de éste desde el primer día. La designación de Camacho como negociador con la guerrilla va a ser seguida en la prensa por un alud de declaraciones, artículos de opinión, notas, aclaraciones y refutaciones. Estos elementos constituyen la huella escrita de un rumor que circula ampliamente en la sociedad mexicana, encontrando un considerable crédito, y que tendrá su confirmación definitiva en el momento en que el candidato priísta es asesinado. 
 


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