NOTA: Escribo esta columna a las 00:17 de la noche. Minutos antes el diario El Universal informó que aún no han empezado a discutir los maestros de la CNTE si quitan o no el campamento del Zócalo, y que lo único que han acordado es continuar con la lucha.
Si se tomó la decisión de no quitar el plantón del Zócalo para el 15 de septiembre, mi admiración y reconocimiento para los maestros por tener GÜEVOS. Pero si acordaron quitarlo, ya sea para moverlo temporalmente al Monumento a la Revolución, o para regresarse a sus Estados de origen, cometen un grave error. Estas son las razones por las cuales sería un error:
1. Porque entonces perderían el apoyo de mucha gente que vería el retiro como una muestra de debilidad. Y sin el apoyo de la gente, acabarían como los 400 pueblos, sino que nadie les haga caso.
2. Porque el gobierno federal priista, seamos honestos, los ha engañado con ofertas de diálogo que han sido mentira; y porque no merece Peña Nieto que le permitan hacer lo que quiera cuando su gobierno no es capaz de cumplir.
3. Porque si Peña Nieto se tiene que ir a Dolores Hidalgo a dar el grito, será visto como una muestra debilidad de Peña. Él no quiere echar para atrás la reforma educativa porque cree que ser vería débil si lo hiciera. Pero si se tiene que ir a otros lados a dar el grito entonces también se vería débil y ya no sería excusa para no echar para atrás la reforma educativa.
4. Porque se vería muy, pero muy mal quitarse para Peña Nieto, que los perjudica, pero no para Andrés Manuel López Obrador, que los apoya.
5. Porque si muestran flaqueza ahora, pueden decirle adiós a cualquier posibilidad de que el gobierno les cumpla sus demandas.
Sería, por lo tanto, un tiro en el pié quitar el plantón en el Zócalo. El que se tiene que quitar es Peña Nieto, no los maestros.
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