viernes, 24 de mayo de 2013

Carta íntegra de Góngora Pimentel; Usa la misma excusa que el nieto de Murillo Karam

Por Victor Hernández

Esta mañana Carmen Aristegui insistió en el caso Góngora Pimentel, el cual es usado por el PRI para hacer cortina de humo para tapar el caso Murillo Karam.

Esta vez, Aristegui leyó una carta de Góngora -quien no es funcionario público, debe subrayarse- en la cual da su versión del caso y pide disculpas a la madre de sus hijos.

Lo que llama la atención es que usa la misma excusa que usó la PGR para solapar al nieto de Murillo Karam: que estaba afectado emocionalmente, aunque Góngora lo dice con otras palabras; que se dejó llevar por las emociones.

Lo que resulta inexplicable es que se le de más énfasis al caso Góngora que al caso Murillo Karam, diendo que Góngora no es funcionario público y Murillo Karam, quien negoció para que la víctima no denunciara a su nieto, no sólo sí es funcionario público, sino que además se supone que es el encargado de procurar justicia en México.

Es una vergüenza que se le más énfasis al caso Góngora Pimentel, el cual no pasa de ser una telenovela entre particulares (hay casos similares mucho más graves de hijos de vecino y Carmen Aristegui nunca les da micrófono), mientras se ignora a un caso en el que están involucrados directamente los titulares de la PGR y del CISEN.

Y todo para que al final se lea una carta al aire y santo remedio.

¿Y la denuncia por lo que hicieron Murillo Karam y Eugenio Imaz? Con Carmen Aristegui no la hubo en grande y con bombo y platillo.

Lo que hubo, eso sí, fue una telenovela que en nada afecta al país y que al final se solucionó con un "usté perdone", igual que en el caso Murillo Karam, el cual sí afecta al país.

Esta es la carta de Góngora Pimentel leída por Carmen Aristegui:

ESTIMADA CARMEN ARISTEGUI:

Quiero hacerte saber que por cuestiones de salud, dada mi avanzada edad, no he podido acudir al programa de radio que exitosamente diriges. Es un agrado para mí poder transmitir, a través de tu programa un mensaje a la sociedad que está ávida y en espera de respuestas. Hay muchas interrogantes en relación a las información que se ha estado presentando en tu programa, te puedo decir que las cosas no han sucedido como lo ha referido el abogado y los familiares de la madre de mis hijos, y entrar a detallar el porqué y el cómo sucedieron las cosas, considero que todo se ha plasmado en los procesos.

Agradezco que tomes el tiempo de leer estas líneas en las que quiero expresar, que nunca tuve el afán de afectar a Ana María, ni mucho menos a mis menores hijos David y Ulises, reconozco que me dejé llevar por mis emociones de desconcierto por la situación que en ese momento mis hijos vivían a lado de su señora madre, no lo creí justo ni para ellos ni para mí. Hay algo que sí deseo mencionar y que no debe dejarse pasar por alto, es el hecho de que jamás he faltado a mi deber de padre con mis hijos, jamás he dejado de ver por ellos, siempre he estado al pendiente de sus necesidades emocionales, físicas, materiales y espirituales.

Existieron una serie de motivos y causas –que no voy a comentar porque considero que están en proceso-, que me orillaron a proceder por la vía legal, pues en ese momento consideré que era lo correcto para el mayor beneficio y seguridad patrimonial de mis hijos.

Siempre he sido y soy un partidario de la justicia y de las causas sociales, como Ministro siempre me opuse a encubrir y solapar causas injustas, soy un opositor de la corrupción y tráfico de influencias.

Manifiesto a quienes han mostrado su apoyo y solidaridad a mis hijos, les agradezco infinitamente. Todo trámite cumplió con cada uno de los requisitos que exigen nuestras leyes mexicanas; y a ti Carmen, te reconozco que siempre estás en pie por la lucha social, por ser una defensora de los derechos humanos y una promotora de la transparencia y rendición de cuentas que tanto hace falta en este país.

Dicen que las cosas pasan por algo y esta experiencia sin duda trajo enseñanzas para ambos padres, me refiero a Ana María y a mí. Es bueno examinar el pasado rubro por rubro y no llorarse las mentiras, sino contarse las verdades –como decía el gran Mario Benedetti–.

En un acto de sinceridad y de conciencia, yo Genaro David Góngora Pimentel, ofrezco disculpas a la madre de mis hijos, a su familia, a mis pequeños Ulises y David (si en algo les he fallado).

Aprovecho tu programa para reiterar la invitación a Ana María, para que en el momento procesal oportuno, Ana María se reincorpore al hogar con nuestros hijos y les brinde toda la atención, el amor, el cariño y comprensión que ellos merecen.

Reitero mi agradecimiento a ti y a tu programa.

Atentamente.

Dr. Genaro Góngora Pimentel


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