Debo aclarar que no busco con esta serie de columnas descalificar a todos los que tienen estudios superiores o que saben de algún tema. Descalifico a quienes se cuelgan de un estatus de "experto" para engañar a otros, sea en la derecha o en la izquierda.
En la primera parte de esta serie sobre mi escepticismo hacia los "expertos" expliqué cómo un estudio de neurometría encontró que la gente que recibe consejos de expertos apaga su cerebro y cree a pie juntillas lo que le dicen, sin cuestionarlo. Inclusive cuando le dan consejos claramente incorrectos y hasta dañinos.
Esa es la parte física del engaño: la manera en la que el cerebro funciona físicamente. Pero también hay un componente psicológico que no se debe perder de vista en la izquierda.
En su libro Brandwash, Martin Lindstrom menciona la razón por la cual mucha gente que se dice de tendencia liberal, o ambientalista, hace lo que hace no por genuino interés altruista, sino por presumir estatus.
Lindstrom menciona que esto es conocido en psicología como "altruismo competitivo" "una teoría ampliamente aceptada que establece que la gente hace cosas socialmente responsables (como comprar autos híbridos o productos amigables al medio ambiente) no tanto por hacer el bien, sino por exhibir su benevolencia y aumentar sus reputaciones sociales.
¿La prueba de esto? 57% de las personas que compraron un Prius, el auto híbrido de Toyota, respondieron que lo compraron porque "habla bien de mi."
No porque gasta menos gasolina y, se supone, contamina menos. No: por verse bien.
Este "altruismo competitivo" es lo que motiva a muchos charlatanes en la izquierda a hacerse pasar por lo que no son, perjudicando a la izquierda debido a que, gracias a su estatus de "expertos" nunca falta quien les crea sus mentiras y hasta los defiendan como dogma de fe.
Pruebo mi punto reproduciendo una conversación que tuve en 2008 con un lector que fue testigo de una mentira que dijo uno de los "expertos" de la izquierda y que claramente perjudicaría a la izquierda.
Se trata nuevamente de "el abuelo Munster" y el lugar donde lo dijo fue enfrente de varios estudiantes:
Sólo para comentarte que el abuelo Munster me da clase. Pues hoy no lo hizo ya que tiene reunion urgente "para definir si tomamos el aeropuerto". No tengo mas informacion. Quise pasartelo para que estemos preparados a cubrir esto (aunque en realidad no confirmo nada). La reunión era con Andrés Manuel (al menos lo menciono a él). Lo dijo a la clase (inclusive se bronqueó con un chavo que le dijo que si no era contraproducente). Ya ha dicho en el pasado algunas cosas sensibles. El simplemente lo remata con un "si me citan lo niego" pero por supuesto que puede tener afectaciones negativas.
Sobra decir que Andrés Manuel López Obrador JAMÁS consideró ni por un momento tomar el aeropuerto durante las protestas de 2008, que son las que se hicieron contra la reforma energética.
Decir semejante barbaridad enfrente de una clase no sólo es irresponsable, sino narcicista, ya que lo que se buscaba era que los demás lo vieran. ¿A quién se le ocurre decir en público que existe la posibilidad de AMLO va a cometer un delito federal cuando el movimiento lopezobradorista ha sido siempre pacífico y dentro de los cauces legales?
Vamos, hasta los alumnos se pudieron dar cuenta de que era una imprudencia.
Pero de lo que se trataba era de generar la percepción de radicalismo de izquierda para ganar adeptos. Adeptos que, desde luego, apagan el cerebro cuando el "experto" les dice cualquier tontería y la aceptan tal cual, sin cuestionarla y sin pensar por sí mismos.
Es por eso que la izquierda debe dejar de creer lo que le dicen los "expertos" sin cuestionarlo. Porque muchas veces, lo que opera en los expertos no es el altruismo, sino el egoismo; el querer tener un público que aplauda.
Y eso a la izquierda no le sirve de nada. A quien sí ayuda, no obstante, es a la derecha, ya que puede usar esa debilidad de la izquierda para atacarla.
(Continuará)
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