martes, 27 de diciembre de 2011

Carta a Víctor Hernández y seguidores del Blog de Izquierda (Sendero de Martí):

Amigo Víctor. Porque antes de cualquier otra cosa somos amigos. Compañeros de lucha, de ideales. Ambos queremos ver un cambio en este país. Los dos, igual que muchos otros, creemos que México puede transitar hacia una nación más justa. Ambos admiramos a Andrés Manuel López Obrador. Hemos conversado, debatido y discutido en innumerables ocasiones sobre ideas, planes, mensajes. ¿Cuál fue la nota en el cierre de la gira en el DF? Esa fue el último intercambio de ideas.

Te conozco y me conoces. Sabemos los que hemos hecho, uno y otro, para estar en donde estamos. Desde diferentes trincheras pero los dos trabajando para concientizar a la gente, para compartir lo que sabemos e intentar sembrar una semilla de esperanza con quienes interactuamos. Eso, mi queridísimo Víctor, es lo que hemos hecho.

En 2006, cuando nos conocimos, éramos cinco años más jóvenes. Con cinco años menos experiencia. Nuestra lucha era por un movimiento, amplio, tolerante, incluyente. Podíamos criticar, sin duda, algunas decisiones de nuestro dirigente. Pero el interés colectivo era mayoritario. Eso sí… Nunca toleramos a los advenedizos.

El día de hoy escribo y publico estas líneas para expresarte mi descontento, mi mal sabor de boca por lo que últimamente has escrito. No quiero faltarte al respeto, lo repito, te quiero y deseo continuar luchando a lado tuyo y de mis compañeros del Blog de Izquierda.

No me gusta el nombre de “El sendero de Martí”. Estimo a Martí. Creo que es un político capaz, preparado y pese a su juventud, con suficientes tablas para gobernar la Ciudad. Conozco muy bien a algunos de sus colaboradores cercanos. Son mis amigos. Simpatizo con él, tengo como 10 años de conocerlo. Es inteligente y hábil. Sin duda una de las cartas fuertes para la candidatura a la Ciudad de México.

Tienes, Víctor, el derecho de poner lo que se te venga en gana a lo que se te venga en gana, pero pienso en el futuro, en los adversarios, en los empresarios que están pendientes de ver nuestros tropiezos. En los buitres que se alimentan de carroña. Te conozco, podrás decir: “Al diablo con ellos”, o un más sonoro “A chingarasumadre pos qué”, pero el horno no está para bollos. Tienes todo el derecho de expresar tu apoyo a quien creas mejor, pero denostar a los internos no se me hace que tenga cabida.

Críticas a los demás aspirantes, por su no militancia de izquierda. Alejandra Barrales fue presidenta de un importante grupo sindical, vicepresidenta de una de las principales organizaciones de trabajadores independientes de América Latina, diputada federal, dos veces legisladora local y funcionaria de los gobiernos de izquierda del DF y de Michoacán, y todo ese curriculum no la hace la mejor candidata.

Críticas el método de selección, el dedazo, señalas a los otros de “marulleros”. Y Creo, nuestra obligación al final es ser institucionales. Nuestra misión es apoyar, sin condicionantes a quien sea electo como candidato. Jalar juntos, pues. No podríamos apoyar a AMLO y hacer vacío en el DF. Una elección es tan importante como la otra. Igual la de Tabasco.

Mi recomendación muy respetuosa, querido Víctor, es que sacrifiques el deseo individual por el colectivo; y apoyemos a quien quede. Mi corazón me dice que Noroña tendría que hacerse de la candidatura y no por eso no voy a reconocer la carrera de Mancera, de Delgado, de Mirón. A todos ellos tengo el honor de conocer y estoy convencido que podrían hacer un excelente papel como jefes de Gobierno.

Mira que si de militantes eternos de izquierda se trata ahí están Zambrano, Ortega, Belaunzarán, Acosta Naranjo, Rosario Robles y la flamante candidata al Senado de cinco feministas inventadas por ella: Martha Lucía Micher Camarena.

Te mando un abrazo, esperando que seas comprensivo con este, tu amigo.

Ahí nomás



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