domingo, 5 de julio de 2015

CARTA ABIERTA A LA DRA. SYLVIA SCHMELKES @SYLVIASCHMELKES

Doctora,

Su servidor es un modesto ingeniero que se gana el pan en las fábricas. He tenido la oportunidad de trabajar en varios países y a veces se equivocan y solicitan mi consejo. Mi trabajo ha sido primordialmente en el campo del control de la calidad. Reconozco que la labor de los maestros forjando la mente de seres humanos no es equiparable a quien se asegura que el producto que sale de una línea de ensamble sea “de calidad”. Sin embargo, doctora, he leído y buscado una y otra vez en su PDF “Como Hacer Mejor Calidad en las Escuelas” (verhttp://www.ctascon.com/Hacia%20una%20mejor%20calidad%20de%2…) y francamente… ¿Dónde diablos esta su definición de “calidad”? ¡No la encuentro!

Se llena usted la boca con "calidad, calidad, calidad" pero no se define esta de entrada. ¿Cómo vamos a hablar de algo que no se define aunque sea sin detalle? Esta calidad, doctora, tiene que ser una métrica, un variable estocástico, es decir que tiene una distribución con un promedio y con desviación estándar. Si, entiendo que suena eso muy tecnócrata. ¿Cómo carajos se va a asignar un variable (o conjuntos de variables) estocásticos a un chamaco? Pero si no, no llegaremos a ningún lado, se lo aseguro.

Pero, por otra parte, ¿Cómo van ustedes a medir si su “calidad” (como la defina) ya mejoro y en qué grado si no asignan variables estocásticos y los miden? O que ¿debemos de creer que la “reforma educativa” la calidad (sabrá Dios como usted la define) va a mejorar sin ver los números concretos que tal indiquen? Si por ejemplo usted me dice “los niños mexicanos mejoraron de x a y su desempeño en la prueba fulana estandarizada que mide el tema z” pos no le voy a creer. Ya vide que entre gitanos… No, yo le pediré que me proporcione el promedio y desviación estándar anterior y los mismos datos posteriores. Y luego usare alguna de las pruebas disponibles para verificar si en efecto hay diferencia significativa. O más bien, ustedes son los que deben demostrar eso. Y si no es así, tienen que redefinir la estrategia. Vamos, es lógico (y si redescubre ese hilo negro le dan hasta su black belt, HECF).

Pero, por Dios, antes de tratar de convencernos sobre las bondades de su reforma, por favor comience definiendo que carajos entiende usted por “calidad”. Me asombra que no lo haga. ¿Acaso la inteligencia de los mexicanos no merece que nos haga la venia de definir el termino? Si no, ¿cómo diablos uno, con tanta “falta de ignorancia”, va a comprender lo que propone? O que, ¿solo está buscando apantallar pendejos con los títulos, el apellido extranjero, y el puestazo?

Atte.

Mario Quijano Pavón



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