jueves, 14 de marzo de 2013

El Papa Francisco, su complicidad con la dicatura argentina, y el silencio de los medios

Por Victor Hernández

En cuestión de minutos luego de que Jorge Mario Bergoglio fue electo Papa Francisco I, empezaron a aparecer los reportes perfectamente bien documentados de la colaboración del nuevo Papa con la dictadura militar de Rafael Videla en Argentina.

Además de haberse hecho cómplice de la dictadura, Bergoglio denunció como subversivos a dos sacerdotes jesuitas, Orlando Yorio y Francisco Jalics, que creían en vivir una vida humilde junto con la gente pobre de Argentina y predicarles a los pobres el evangelio. Como resultado, los sacerdotes fueron secuestrados, torturados y finalmente exiliados por la dictadura.

Pero los medios que lo dijeron fueron pocos y fueron principalmente de izquierda. En México, el único diario que lo mencionó de manera prominente -aunque de manera "light"- fue El Universal.

En el caso de Reforma, fue hasta casi la media noche de ayer Reforma finalmente publicó un artículo más o menos extenso en el cual se reseñan las atrocidades en las que participó Bergoglio.

Primero, con el caso de los dos sacerdotes jesuitas. Luego con el caso de una acusación de cómplice de la dictadura cuando lo llamaron a declarar en el juicio a genocidas por el plan sistémico de robo de hijos de desaparecidos.

En ese jucio, una de las Abuelas de la Plaza de Mayo acusó a Bergoglio de haber estado al tanto del robo de niños y le preguntó dónde estaba su sobrina, a quien sigue buscando.

Pero Bergoglio no quiso hablar. Eligió responder por escrito, evitando de esa manera una audiencia pública.

Vaya, hay acusaciones contra Bergoglio que indican que hay suficientes pruebas para que el ahora Papa tenga que dar cuentas ante la justicia argentina por sus actos durante la dictadura.

Así de grave es la situación de Bergoglio. Y si el gobierno argentino quisiera, podría poner en el banquillo de los acusados a un Papa.

Pero la mayoría de los medios, como dijimos, se hizo de la vista gorda. Eligieron el silenci cómplice y mostraron casi como héroe a un acusado de crímenes de lesa humanidad.

Las ediciones vespertinas de algunos diarios, por ejemplo, mostraron toda la primera plana con la foto de Bergoglio y destacaron a 8 columnas que es el primer Papa latinoamericano. Pero de las acusaciones de complicidad con la dictadura no dijeron nada. La foto en la que aparece con Videla ni de chiste la mostraron.

Esa es la prensa que hay en México. Esos son los que se ofenden cuando les dicen que son unos miserables, unos vendidos y unos esbirros del poder.

Es la misma prensa que ataca a redes sociales e internet en general porque en internet es donde se dicen las verdades que ellos callan.

Y ahora la iglesia católica queda en manos de un ex cómplice de la dictadura argentina. Tal y como en su momento la iglesia solapó a Hitler.

Y a esa iglesia es a la que ahora los medios comerciales tratan de ensalsar.

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