lunes, 11 de febrero de 2013

Habemus Papa ¿Habemus? Texto de Alberto Sladogna, psicoanalista, @sladogna #benedictoxvi #elpapadimite #renunciocomoelpapa



Hoy el mundo católico y el no católico fue sorprendido por un acto de Benedicto XVI: renunció a su lugar de Papa. Des la época de los Borgia, digamos desde que la Iglesia Católica Apostólica Romana paso a ser una religión del Estado, del  Estado Romano, del Imperio Romano, los Papas morían de causa naturales o las causas naturales recibían una ayuda, vía el puñal o el dulce veneno.
La función del Papa es mediar entre la santísima trinidad: Dios Padre-Espíritu Santo-Hijo. Así la Iglesia transmitía a sus barbaros e incivilizados hijos, los humanos. Los fundamentos absolutos son el sostén de la trinidad, por ejemplo, somos “todos” hijos del pecado; cada uno es parte del orden natural que Dios creo y por eso él nos hizo hombre o mujer: todo lo que viene al mundo es un designio de Dios y solo él está autorizado a llevárselo; las mujeres se quedan embarazadas gracias a él, y solo él podría, si quiere, interrumpir ese embarazo. Esos principios absolutos de la teología costaron y lograron enormes victorias, se calcula que treinta millones de habitantes originarios de América Latina fueron reeducados durante la conquista y la colonización. ¿Cómo? Como carecían de almas se los convirtió en cadáveres mediantes el hacha y la cruz.
El Papa Benedicto XVI dice en su renuncia que lo hace por:
He examinado ante Dios reiteradamente mi conciencia, he llegado a la certeza de que, por la edad avanzada, ya no tengo fuerzas para ejercer adecuadamente el ministerio petrino. Soy muy consciente de que este ministerio, por su naturaleza espiritual, debe ser llevado a cabo no únicamente con obras y palabras, sino también y en no menor grado sufriendo y rezando.
Sin embargo, en el mundo de hoy, sujeto a rápidas transformaciones y sacudido por cuestiones de gran relieve para la vida de la fe, para gobernar la barca de San Pedro y anunciar el Evangelio, es necesario también el vigor tanto del cuerpo como del espíritu, vigor que, en los últimos meses, ha disminuido en mí de tal forma que he de reconocer mi incapacidad para ejercer bien el ministerio que me fue encomendad

Un Padre, el padre de la Iglesia confiesa antes sus hijos que está débil, sin fuerzas ante las rápidas transformaciones y sacudidas por cuestiones de gran relieve para la vida de la fe…es necesario el vigor tanto del cuerpo como del espíritu. Si, es una renuncia por cuestiones de fuerza mayor, hasta se diría que para un teólogo radical y absoluto como Benedicto XVI, Dios le hizo un guiño, le solicitó la renuncia “por motivos de salud”. De salud para la Iglesia y proteger a esa institución que trata de volver a su anterior política: religar, reunir, incluir negociar para hacer una comounidad e incluir.
 
Ante sus principios y su saber intelectual  Benedicto XVI dice NO, da un paso al costado, Benedicto no era ni es partidario de ningún acuerdo o pacto o religar, para él se trata  de defender a cómo de lugar los fundamentos absolutos –vea su artículo de mediados de diciembre en Financial Times. El orden las razones institucionales pueden más que sus fuerzas físicas e intelectuales. Se revela que “toda” omnipotencia del “todo” es una forma de llegar a potencia no. El Papa a pesar de representar a Dios en la tierra no es Superman, es un hombre más, afectado no solo por su cuerpo sino quizás también por la debilidad de su política fundamentalista que se negaba a cualquier aggiornamento en materia de acceso de las mujeres al sacerdocio, el aborto, los matrimonios gays, el fin del celibato y la epidemia de “pederastería” que asola a su Iglesia. Es una renuncia de los principios que Benedicto no acepta, él baja su bandera, opta por renunciar. Decimos que él no dirá “Bueno, si no les gustan mis principios, tengo otros" Ud., lector ¿Cómo lee esa renuncia?


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