Por Victor Hernández
Los derechangos ya habían hecho el ridículo con el asunto de Baker Hughes--aunque sí lograron su objetivo de distraer del activismo de derecha de Lorenzo Córdova--pero ahora Andrés Manuel López Obrador los acaba de poner en jaque al pedir él mismo que se investiguen los contratos de Baker Hughes.
Esto en respuesta a la guerra sucia de la derecha en el sentido de que supuestamente por el hecho de que José Ramón López Beltrán y su esposa vivieron en una casa propiedad de un directivo de Baker Hughes entonces los contratos de Baker Hughes con Pemex eran chuecos.
Pero eso es falso. Primero porque Baker Hughes ya tenía contratos con Pemex desde el sexenio de Peña Nieto. Y segundo, porque el dueño de la casa no tenía injerencia en las operaciones de Baker Hughes en México.