Propuso México a países de América Latina que se le pusiera un impuesto temporal de 3% a los millonarios para poder lidiar con los estragos de la pandemia de coronavirus.
Sí, se debe aplicar ese impuesto. Pero además se debe aplicar un impuesto permamente a la comida chatarra, ya que las enfermedades causadas por el consumo de comida chatarra triplicaron la letalidad del coronavirus.
Sin enfermedades como diabetes, hipertensión, etc, la cantidad de personas que morían por coronavirus era de 2% a 3%. Con diabetes, obesidad, hipertensión, etc, el porcentaje de muertes sube a 10%.
Así que realmente quienes deberían estar pagando más son los que venden y los que consumen chatarra.
Toda la chatarra debería tener un impuesto adicional de 10% por lo menos. Ya no es una cuestión política. Es una cuestión de salud pública.
Poner nuevos impuestos a la chatarra debería ser la principal prioridad legislativa en México. Resulta increible que no se esté legislando para ese propósito.
Con el impuesto a la chatarra ocurrirán dos cosas:
1. Se reducirá el consumo y, por ende, el incremento en los casos de obesidad, diabetes e hipertensión.
2. Se recaudará dinero para poder atender a los casos más severos de mortalidad por coronavirus.
Y es que aunque existiera una vacuna para el coronavirus, si aparece un virus nuevo en diez años que cause los mismos estragos que el coronavirus, la única manera de combatirlo será con una ploblación sana. Por desgracia, el principal impedimiento para tener una población sana es la comida chatarra.
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