En vista de que Felipe Calderón se sigue haciendo pendejo con las acusaciones de narco contra Genaro García Luna, no queda de otra: tendremos que responder llamando su partido el partido del narco.
Mire usted por qué:
Reforma publicó las denuncias de Javier Herrera Valles, ex mando de la policía federal de caminos durante el sexenio de Felipe Calderón, en las cuales señaló que envió cartas a Calderón señalando que Genaro García Luna estaba incurriendo en nepotismo y poniendo en puestos clave a agentes que no habían pasado exámenes de control.
Esto para señalar que Calderón sí sabía de las acusaciones contra Genaro García Luna por narco. Cabe señalar que además hubo señalamientos de narco contra allegados de García Luna en la prensa y directamente contra García Luna en narcomantas.
¿La respuesta de Calderón? Palabras más, palabras menos, "esdeque esas cartas que me mandó Herrera Valles eran sobre irregularidades operativas y administrativas y además nisiquiera las vi porque llegan miles de cartas a la presidencia."
Vamos a dejar de lado el hecho de que las cartas eran de un alto mando de la policía federal en un sexenio en el que Calderón pretendió hacer una serie de televisión ensalsando a la policía federal. Y no lo peló.
En vez de eso vamos a enfocarnos en lo que ya se está volviendo de cajón: La reacción de TODO EL MUNDO que va así:
"Una de dos, o Calderón era un irresponsable y un incompetente por no saber lo que estaba haciendo su secretario de seguridad pública, o sí sabía y era cómplice."
La verdad, el "o era un pendejo o era cómplice" ya se está choteando. OBVIAMENTE Calderón sabía y era cómplice. Por eso lleva días tratando de defenderse de las implicaciones de que hayan arrestado por narco a García Luna.
Y hay otro detalle: Calderón sí hizo algo para que pareciera que él no sabía nada cuando en realidad sí sabía. En 2009 la entonces subsecretaria de comunicaciones y transportes, Purificación Carpinteyro, entregó directamente a Calderón un CD con llamadas telefónicas del ex secretario de comunicaciones y transportes, Luis Téllez, en las cuales afirma que Carlos Salinas de Gortari se había robado la partida presidencial.
Calderón estaba presente. Pero en vez de tomar el CD, le indicó al entonces secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, que tomara el CD. Obviamente para poder decir que él, Calderón, nunca tocó el disco.
Pero Calderón sabía de las llamadas y se hizo pendejo.
Por lo cual decir "o era un pendejo o era cómplice" ya es de plano darle el beneficio de la duda a un cabrón que sabía perfectamente lo que estaba haciendo durante su sexenio.
Razón por la cual propongo que en vez de seguir repitiendo lo mismo, mejor seamos prácticos y empecemos a referirnos al partido político de FeCal, México Borolibre, como el partido del narco.
Y ya. Si Calderón no va a hacerse responsable por sus chingaderas, que lo pague su partido entonces. ¿No era lo que Calderón quería? ¿Que otras pagaran por sus ambiciones políticas? Ah bueno, pues que pague su partido por las marranadas que hizo Calderón en su sexenio.
Así que ya lo saben: mientras Calderón se siga haciendo pendejo con lo de García Luna, ¿por qué no llamarle a su partido el partido del narco?
O bien, que Calderón admita que solapó a García Luna y se deje de mamadas.
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