Por Victor Hernández
Comenté en la tercera entrega de esta serie que poner propiedades a nombre de terceros no es una buena idea para evitar balconeos y broncas legales en Estados Unidos.
Lo dije porque es muy común que políticos mexicanos registren propiedades a nombre de sus hijos, cónyuges y familiares para poder decir que ellos no tienen propiedades y son muy humildes. El ejemplo perfecto de esto es Andrés Manuel López Obrador, quien puso todos sus bienes inmuebles a nombre de sus hijos y de su esposa. Ahora alega que no tiene propiedades, pero, vamos; siguen siendo sus propiedades.

