Antes que nada aclaremos: Los merolicos de derecha no han cambiado. Algunos medios, como El Universal, ahora son lambiscones con el gobierno de Andrés Manuel López Obrador. Pero los editorialistas, lectores de noticias de TV y locutores de radio siguien siendo lo mismo: voceros de la derecha. Con la diferencia de que ahora están ardidos porque la mayoría de los votantes (53%) votó por Andrés Manuel López Obrador para Presidente y por su partido para el congreso y para gubernaturas.
A estos merolicos de derecha les llaman "la comentocracia"... en la comentocracia de izquierda.
Y la comentocracia de izquierda tampoco ha cambiado. Sigue siendo anacrónica, mamila, pedante, chillona, y con un fuerte olor a naftalina. La diferencia es que ahora ya les gustó ser lambiscones del poder (¡de funcionarios públicos!) porque su gallo es el que está ahora en el poder.
El problema es que, a diferencia de la comentocracia de derecha, la comentocracia de izquierda no se ha dado cuenta de que ya no necesitan hacerse las víctimas porque ya están en el poder.
Lo digo porque ahora que la comentocracia de derecha ha estado chingue y chingue contra AMLO por ardidos, la comentocracia de izquierda sigue respondiendo como si la oposición fuera ¡la izquierda!
"¡¡GUAAAAA!! ¡La comentocracia de derecha no quiere a voces nuevas! ¡¡CUÑAAAAAA!! ¡La comentocracia de derecha se la pasa atacando a AMLO! ¡¡BUJUUUU!!! ¡Los medios nos discriminan!"
¿Y?
¿Qué importa lo que digan o hagan en los medios de derecha si de todos modos la izquierda está en el poder y seguirá en el poder por los próximos 6 años?
¿De verdad son tan pendejos en la izquierda como para suponer que porque la derecha sigue diciendo lo mismo que decían antes de las elecciones van a tirar del poder a AMLO?
¿De verdad no se han dado cuenta de que lo que diga o haga la izquierda ya es irrelevante y que el verdadero problema para AMLO es la estupidez de los que lo rodean?
Porque francamente le han causado más problemas a AMLO Ricardo Monreal con su proteccionismo a Manuel Velasco, Mario Delgado con sus estupieces en San Lázaro, Alfonso Durazo con su nulo plan para reducir la inseguridad, y hasta Irma Sandoval diciendo que ¡los salarios en el sector privado se tienen que bajar!
Pero en vez de ser cabrones con los pendejos en la 4T para que no le echen a perder su gobierno a AMLO, la comentocracia de izquierda se pone a lloriquear contra la derecha que ni picha ni cacha.
Peor: En la comentocracia de izquierda no se han querido dar cuenta de que ya no estamos en los 80s, y que lo que digan o hagan en TV, radio y prensa es irrelevante, ya que los tres medios están en vías de extinción gracias a internet.
La verdad, ir a Televisa dizque a debatir ya es un despropósito para la izquierda. Porque les dan un rating que no pueden tener por sí mismos. Virtualmente les están alargando la vida a medios que ya deberían desaparecer. Alguien que va a Televisa hoy en día no lo hace por interés en debatir con la derecha, sino por puro ego.
Y si así de jodida está la comentocracia de izquierda, lo que tenemos en México entonces al sumarle a la comentocracia de derecha es en realidad una excrementocracia. Pura pinche mierda por los dos lados.
La descripción gráfica de la excrementocracia mexicana es la siguiente:
Quienes deben cambiar y darse cuenta de que la están cagando son los de la comentocracia de izquierda. No pueden seguir comportándose como si fueran oposición. Tienen que ignorar a la derecha y enfocarse en tener buenos cuadros, no a pendejos que usan sinónimos. Y tienen que olvidarse de los medios tradicionales, ya que están en vías de extinción. Se deben enfocar en internet y dejar que los medios de derecha se acaben solos.
Porque al final más gente va a usar internet que los que van a seguir viendo la tele. Y si quiere mantenerse en el poder, la izquierda tiene que convencer a los nuevos votantes, que son precisamente los que ya no ven la tele y se la pasan en internet.
Eso, lamentablemente, no va a ocurrir mientras sigan de pendejos haciéndole el juego a la derecha (cayendo redonditos, además, por su idolatría de closet a la fama de la televisión).
Y lo segundo que tienen que cambiar en la comentocracia de izquierda es tal vez lo más importante: tienen que dejar de ser lambiscones con el poder y tienen que criticar a las cagadas de la izquierda. Lo voy a reiterar una y otra vez: sólo señalando los errores de la izquierda en tiempo y forma podrá AMLO corregir errores a tiempo y así tener una buena administración.
Pero si la izquierda sigue creyendo que es oposición (no es) y sigue creyendo que ninguna crítica vale porque sólo la derecha los critica, sus cagadas se van a seguir acumulando hasta que sean insostenibles y los votantes ya no confíen en ellos.
OJO, porque eso va a ocurrir muy rápido si la comentocracia de izquierda no cambia. Con Peña Nieto ocurrió a menos de dos años de que llegó al poder. Cambien ya, o corren el riesgo de que a AMLO le pase lo mismo.
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