Ayer la Procuraduría de Justicia de Michoacán dijo que la violencia ocurrida en dos municipios en días recientes, la cual dejó un saldo de 9 muertos, no fue por culpa de los Caballeros Templarios, sino por culpa de un cártel de Guanajuato que quiere incursionar en Michoacán.
El gobierno priista pretendía con eso hacerle creer a la opinión pública que ya no hay violencia de los Templarios en Michoacán, pero lo único que lograron con eso fue auto-balconearse, dejando en claro que la estrategia de Peña Nieto en Michoacán es un fracaso.
Me explico:
El problema del narco en México no es de un sólo cártel. Quitar a los líderes de los Templarios, y al mismo tiempo desarmar a los autodefensas, lo que hizo fue dejar la plaza vulnerable para los otros cárteles.
Los ataques ocurrieron justamente cuando empezó el desarme de autodefensas.
Si el gobierno priista mintió, y los ataques sí fueron de Caballeros Templarios, entonces quedó en evidencia que el desarmar a los autodefensas automáticamente causaría que la violencia de los Templarios regresara a Michoacán.
Y si estaban diciendo la verdad, mucho peor, ya que lo que quedó claro es que el PRI simplemente le dejó la plaza libre a otros cárteles para que se adueñen de ella.
Lo cual, desde luego, pone en evidencia que en su afán por mostrar una apariencia de orden en Michoacán, el PRI lo que permitió fue que, como dijimos, los demás cárteles que operan en México empezaran a operar en Michoacán.
Por donde se le vea, es un fracaso para Peña Nieto, ya que muestra la ineptitud para resolver el problema del narco. Mira que no darse cuenta de que si sacas a un cártel y desarmas a los autodefensas los demás cárteles van a querer quedarse con la plaza.
Ese fue uno de los principales errores de Felipe Calderón al quitar capos a lo tarugo. Ahora Peña Nieto hace lo mismo.
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