Para empezar, para que la delegación instale la alarma vecinal en un edificio de condominios, el edificio debe contar con una caseta de vigilancia con teléfono, lo cual no ocurre en muchos edificios de Benito Juárez.
En segundo lugar, la alarma es una caja con tres botones: para policía, bomberos y ambulancia.
PERO...
El accionar el botón lo único que hace es que la policía marque a la caseta de vigilancia para verificar que en efecto hay una emergencia.
En otras palabras, resulta más eficiente marcar directamente a la policía si hay una emergencia.
El tiempo de reacción de la policía con una llamada al 066, por cierto, es de menos de 2 minutos, por lo cual la alarma vecinal sólo retrasaría el tiempo de reacción.
Y con otro inconveniente: si el edificio de condominios no tiene caseta de vigilancia con teléfono, entonces la alarma sólo se puede instalar en el departamento de alguno de los vecinos que tenga teléfono.
Sobra decir que eso inutilizaría a la alarma si el vecino no se encuentra o no puede responder a una llamada de emergencia de otros vecinos.
Encima de todo eso, el edificio debe pagar las refacciones de la caja de los botones de la alarma de seguridad si fallan.
Cabe señalar que existen aplicaciones para smartphone que conectan directamente con la policía del DF en el cuadrante más cercano, por lo cual las alarmas vecinales resultarían simplemente redundante si un vecino ya cuenta con un smartphone y con la aplicación.
No sólo eso: si ningún vecino en un edificio tiene teléfono, no se le puede instalar una alarma vecinal.
Jorge Romero enfrenta un fuerte rechazo de los ciudadanos de Benito Juárez debido a que no ha impedido la proliferación de las construcciones irregulares ni ha demolido las obras irregulares que por ley deberían haber sido demolidas por la delegación a pesar de que prometió hacerlo.
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