Esto ya lo preguntó ayer nuestro colaborador Pomponio, pero creo que vale la pena insistir: ¿Qué clase de consulta sobre la reforma energética es la que piensa hacer el PRD?
Lo pregunto porque ayer el secretario general del PRD, Alejandro Sánchez Camacho, dijo que su partido pretende realizar una consulta sobre el tema de la reforma energética el 24, 25 y 31 de agosto y el 1 de septiembre el 8 estados de la República.
Pero lo que no dijo es qué tipo de consulta piensan hacer.
Si se trata poner unas mesas con papeletas donde la gente vote, como la consulta que hizo Marcelo Ebrard en el DF en 2008, la derecha la va a descalificar de inmediato.
Que porque votaron muy pocos; que porque se podía votar muchas veces (los panistas del DF intentaron hacer fraude en la consulta de 2008 para descalificarla); que si las preguntas inducen al elector, etc.
Supongo que una consulta de esa naturaleza lo que busca en realidad es hacer ruido en los medios, pero el problema es que la derecha les puede revirar muy fácil en los medios con encuestas cuchareadas. Ya los conocemos.
Y claro: con generoso chayo para que los medios sin escrúpulos digan que la privatización de Pemex es lo máximo.
Sólo hay un tipo de consulta contra la cual no pueden los medios ponerle un sólo pero: la que establece la Constitución el artículo 35 bajo colecta de firmas del 2% de padrón electoral.
Si en vez de hacer consultas durante dos fines de semana, el PRD se pusiera desde ahora a seguir ele ejemplo del INGAPE (Instituto Nacional de los GAstos PEndejos, fundado por Pomponio), y pusiera a toda su estructura burocrática a salir a la calle a recolectar firmas para un referendo en base al 35 Constitucional, no habría manera de que NADIE los cuestionara y la constulta sería obligatoria y vinculatoria.
Esa colecta de firmas es el tipo de cambios de estrategia que necesita la izquierda. Dejar de creer que con puro show van a lograr derrotar a la derecha. No. La derecha si algo sabe es cómo hacer show. Así que así no le van a ganar.
Mejor empiecen a usar las herramientas legales que tienen a su alcance para poner al PRIAN contra la pared. De lo contrario, no van a lograr detener la privatización de Pemex.
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