jueves, 4 de julio de 2013

Por qué Egipto sí pudo derrocar a dos gobiernos y México no

Por Victor Hernández

Me preguntan en Twitter por qué en Egipto la gente sí pudo derrocar a dos gobiernos y en México no. Pues por varias razones. A saber:

1. Para empezar la situación de Egipto es completamente distinta a la de México. Egipto tuvo al mismo presidente durante décadas (Hosni Mubarak) con el respaldo de Estados Unidos. En México estuvo el mismo partido en el poder pero por lo menos se le daba a la gente la apariencia de la posibilidad de apertura democrática, lo cual a veces calmaba los ánimos.

2. El gobierno de Mubarak fue brutal y no concedía ningún espacio para la gente pobre ni para la clase media. En México el PRI fue cediendo algunos espacios ante la lucha de la izquierda, principalmente en lo que a libertad de expresión se refiere.

3. Cuando el PRI se hundió en los 90s, negoció con el PAN perder las elecciones para por lo menos dar una apariencia de democracia. Mubarak nunca aceptó soltar el poder. El resultado fue que en México hubo confianza en la democracia por lo menos unos años y en Egipto no, lo cual enardeció los ánimos de la gente.

4. Estados Unidos le retiró su apoyo a Mubarak cuando vio que no era factible sostenerlo en el poder sin el riesgo de un levantamiento de fundamentalistas islámicos, cosa que evidentemente quiso evitar para no causar otro Irán. En México EU no le ha retirado el apoyo ni al PRI ni al PAN.

5. Se llama a elecciones pero quien gana, Mohamed Morsi, es respaldado por el grupo radical islámico Los Hermanos Musulmanes. Y en vez de llevar a cabo los cambios democráticos que pidió la gente, y que llevaron a la caída de Mubarak, Morsi impuso un estado policiaco peor, fustigando hasta a un satirista de televisión y amenazándo con la cárcel. Es decir, fue lo mismo que con Mubarak.

6. OJO: tiene mucho que ver con la caída de Mubarak que Estados Unidos no respalda a un gobierno ligado a los Hermanos Musulmanes. Por eso EU ni se metió en el asunto.

7. En México dos terceras partes del país no quieren cambios. Me refiero a los panistas y a los priistas. Es imposible derrocar a un sistema como en Egipto si sólo una tercera parte no lo quiere. Sin embargo, sí es posible derrotar al PRI por la vía del voto ya que muchos en el PAN empiezan a darse cuenta que es necesario un cambio democrático de verdad y estarían dispuestos a votar por la izquierda.

8. Finalmente, y esto es clave, en Egipto pasó lo que pasó en México en 2006: el ejército no quiso entrarle a la represión contra los manifestantes y decidió que era mejor apoyar otro cambio de gobierno antes de que las cosas se salieran de control.

En conclusión, en México han habido válvulas de escape que han permitido que la gente no se harte. Éstas uncluyen compra de votos con despensas y efectivo; triunfos electorales locales de la oposición; apertura de algunos espacios para libertad de expresión, y -muy importante- la emigración a Estados Unidos que ha removido a millones de mexicanos pobres del país. Y si me apuran, estaría dispuesto a decir que hasta el narco ha servido de válvula de escape como generador de empleos.

Egipto, al parecer, nunca tuvo ninguna válvula de escape, por lo cual simplemente explotó.

Sugiero entonces a la izquierda que estudie bien la historia y circunstancias de México y de cualquier país con el que lo quiera comparar antes de preguntar por qué allá sí y aquí no. Cada país tiene su propia situación e historia, por lo cual no se les puede comparar como si fueran lo mismo.

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