miércoles, 23 de enero de 2013

Sexo Libre: La libertad de decir cómo te gusta el orgasmo

Por Victor Hernández

Hace ya varios años -estaba aún en la universidad- salí con una mujer que me puso un ultimátum que hasta la fecha no se me ha olvidado:

"Si no me das sexo oral esta relación no va a funcionar, porque así es como yo obtegno mi placer."

Lo dijo en serio. Simple y sencillamente la penetración no le funcionaba para llegar al orgasmo. Forzosamente necesitaba de estimulación en el clítoris para poder tener un orgasmo.

Tiempo después conocí a otra mujer que me dijo -sin que yo se lo preguntara- que tenía la capacidad de tener orgasmos con sexo anal.

Un par de semanas más tarde conocí a otra mujer que se había divorciado por segunda vez y que, según me dijo, nunca había tenido un orgasmo teniendo sexo con sus parejas. Su primer orgasmo que no fue producto de masturbación fue con una combinación de sexo oral y estimulación del punto G al mismo tiempo.

Y tiempo después conocí a otra mujer que me dijo que el sexo oral no le hacía gran cosa. Que ella prefería la prenetración para tener un orgasmo. Al parecer en el caso de ella tener un orgasmo por medio de la estimulación del clítoris le tomaba mucho tiempo y con la penetración llegaba al orgasmo más rápido.

Mi conclusión después de conocer a todas estas mujeres y sus muy personales situaciones orgásmicas fue "bueno, pues cada quien sus gustos", pero no indagué más.

Craso error. Si todos los hombres nos tomáramos la molestia de investigar, sabríamos que cada mujer tiene niveles distintos de sensitividad en sus regiones erógenas. Y que por lo tanto no hay una sola manera de definir cómo tiene una mujer un orgasmo.

No lo digo yo. Lo dice la investigación que hizo la periodista Naomi Wolf para su libro vagina: A New Biography, publicado el año pasado.

Uno de los ginecólogos que consultó le dijo que cada mujer tiene una distribución distinta de los extremos del nervio pélvico, el cual envía al cerebro información de estimulación de la vagina, clítoris, punto G, peritonéo, ano, y regiones aledañas.

El nervio pélvico es como una especie de arbusto de nervios con varias ramas. Algunas son más prominentes en la zona del clítoris, otras en la zona de la vagina, otras en el ano, y otras en el peritonéo.

Lo que eso significa es que para algunas mujeres es más fácil llegar al orgasmo con penetración, y para otras es más fácil con sexo oral dirigido al clítoris, o con estimulación del punto G, porque así es como sus cuerpos están hechos.

Es decir, cada mujer tiene su manera de tener placer.

Y lo cual explica por qué varias de las mujeres que he conocido tienen maneras distintas de obtener placer sexual.

El detalle, es que, como dije al principio, muchos hombres no se toman la molestia de averiguar qué es lo que a su pareja le resulta placentero. Aunque también, hay que decirlo, hay mujeres que no dicen qué es lo que les gusta. Así resulta más complicado saber qué satisface a la pareja.

Lo ideal sería que todas las mujeres le pudieran decir con la misma seguridad que la mujer que conocí en la univerisidad "si no me haces esto y esto, esta relación no va a funcionar." La verdad, simplificaría mucho las cosas.

Y es que los hombres están acostumbrados a una manera no muy complicada de tener placer, ya que el mismo sistema del nervio pélvico, dice Naomi Wolf, es mucho más rudimentario en los hombres, lo cual hace que los hombres tengan una idea muy sencilla del placer sexual.

Pero para poder decir "a mi me gusta esto" o "a mi lo que me hace tener un orgasmo es esto", se requiere de que tanto hombres como mujeres le pierdan el miedo al sexo y a hablar sobre sexo.

Porque sin esa libertad para hablar de lo que a uno le satisface, poder obtener satisfacción sexual no es imposible, pero sí más complicado.

Siéntanse libres entonces de decir qué les gusta en el sexo. Sólo una sociedad que practica la libertad de expresión sin complejos podrá estar sexualmente satisfecha.

PD: Obviamente hay factores psicológicos también en el orgasmo. No es sólo el aspecto físico. Hay a quienes les excitan el "hablar sucio", el exhibicionismo, el sadomasoquismo, la lencería, el estilo swinger, etc. Pero en el nivel más básico, tanto hombres como mujeres deben saber qué cómo les gusta llegar al orgasmo para facilitar la satisfacción sexual entre ambos. Y claro; decirlo. Ya hablaremos de los temas antes mencionados en otras columnas.

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