Quien diga que no es preferible un presidente interino a la imposición de Enrique Peña Nieto, no lo duden, o está perdido o se vendió al PRI. O las dos cosas.
Estas son las razones por las cuales es prefereible un interino a Enrique Peña Nieto:
1. Porque un interino sólo podría estar en el poder unos cuantos meses y luego se tendría que elegir a un presidente por medio de una elección extraordinaria. Es decir, no hay ningún riesgo de que se lleve al país entre las patas porque no le alcanzaría el tiempo.
2. Porque ya sabemos cómo es Enrique Peña Nieto: ignorante, irresponsable, represor y corrupto. Un interino, quien sea, sería mucho mejor opción.
3. Porque la única manera de evitar una crisis política con un interino, sería eligiendo a uno que tenga contentos a todos los partidos. Es decir, no necesariamente tendría que ser del PRI. Vaya, ni del PAN ni del PRD.
4. Porque si aceptamos a Enrique Peña Nieto, aceptaremos la institucionalización del fraude electoral.
5. Porque es la única manera de iniciar una nueva etapa en la vida del país en la que finalmente se respeta a la Constitución. ¿No nos quejamos de la corrupción y de que nadie cumple la ley? Exijamos entonces que se cumpla la ley exigiendo que se invalide la elección presidencial por la múltiples pruebas de fraude electoral (compra de voto con tarjetas de Soriana, rebase de topes de campaña y triangulación con Monex). Si queremos que México cambie para bien, un interino siempre será preferible a la imposición de Enrique Peña Nieto.
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