Ayer en su conferencia mañanera el presidente Andrés Manuel López Obrador dio a entender que no quiere que lo critiquen medios independientes de izquierda, y que no va a aceptar auto-críticas porque todos los medios comerciales ya lo critican y ni modo que él se sume.
AMLO comete un error grave al negarse a aceptar críticas de la izquierda. El error es no darse cuenta de qué hay una enorme diferencia entre los ataques y guerra sucia de la derecha, que tienen como única intención descarrilar a su gobierno, y las críticas de la izquierda, que tienen como intención que se corrija lo que está haciendo mal su gobierno para que sea más fuerte.
Si AMLO saliera un día en la mañanera a decir “en este medio, que suele apoyarnos, nos critican por tal cosa y tienen razón. Vamos a corregir”, el Presidente estaría mostrando que no es lo mismo atacar por joder que criticar para ayudar. La gente entendería la situación y su imagen ante el público se fortalecería, al dejar claro que no va a hacer caso a la guerra sucia pero sí a las críticas bien fundadas.
Y ya fin. Eso acabaría con la cantaleta de que AMLO es un “dictador” y bla bla bla que tanto repiten en la derecha.
Claro, para que AMLO acepte críticas éstas deben estar bien fundadas. Lamentablemente los “medios independientes” de izquierda tienen pocos casos en los que realmente se hace periodismo. La mayoría sólo son matraqueros.
Pero los matraqueros, lo hemos dicho hasta el cansancio en este blog, no le ayudan ni a AMLO ni a la izquierda. Son un lastre. Tan mal es atacar cómo aplaudir sin sustento.
Así que insisto; el presidente comete un error al no darse cuenta de la diferencia entre crítica y golpeteo. Si echa todo al mismo costal, entonces el que está mal es AMLO, no quienes lo critican de buena fe.
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