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miércoles, 6 de marzo de 2024

Vean: Así marcaré mi boleta de presidente estas próximas elecciones

Por Victor Hernández

El fin de semana pasado vi que alguien subió a Twitter una muestra de una boleta electoral para presidente y aproveché para mostrar cómo voy a marcar mi propia boleta. La voy a marcar así:

Parecerá chiste pero lo digo en serio. Así voy a marcar mi boleta de presidente en las elecciones. No votaré por Claudia Sheinbaum, ni por los rateros del PRIAN o sus limpiabotas del PRD, ni por los payasos de Movimiento Ciudad-ano.

No, eso no significa anular mi voto. Al contrario. Estoy diciendo explícitamente quién quiero que sea presidente de México.

"¡Pero ezdeke es hacerle el caldo gordo a la derecha!" dirán los claudiafans que sólo están con ella porque buscan dinero, hueso o privilegios. Bueno, pues entonces reclámenle a Andrés Manuel López Obrador por haber votado por otras personas en el recuadro de candidatos no registrado en las elecciones presidenciales de 2006 y 2012

En 2006, y esta documentado, AMLO votó por Carlos Monsiváis. Y en 2012 votó por José María Pérez Gay, colaborador cercano del Peje. ¿Por qué? ¿Qué importa? Porque quiso. Porque era su derecho. Porque votó por quien él consideraba debería ser Presidente de México.

Pues yo pienso hacer lo mismo. NO apruebo que se premie a alguien, en este caso Claudia Sheinbaum, que haya obtenido una candidatura presidencial con prácticas indebidas, como el uso de recursos públicos para promoción de imagen, la campaña adelantada, la cargada y el acarreo. Por lo cual votaré por quien dicta mi conciencia; MARCELO LUIS EBRARD CASAUBON.

¿Gano algo con esto? Sí. La satisfacción de haber hecho lo correcto. Y el saber que habemos quienes entendemos que las revoluciones se echan a perder cuando hacen algo indebido y no se corrige. Si queremos erradicar a la derecha para siempre de la vida pública de México, entonces en la izquierda tenemos que tener el valor para hacer lo correcto. Ninguna revolución perdura cuando se hacen las cosas mal y no se tiene el valor para admitirlo ni para que haya consecuencias. Así de simple.



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