En la primera parte de esta columna, publicada ayer, vimos las causas de la tragedia del temblor del 19 de septiembre de 2017: Edificios viejos que ya no aguantaron más de 3 temblores fuertes (el del 85, y dos de 2017). En menor medida, es decir, en los menos de los casos, constructoras que hicieron nuevos edificios mal hechos y autoridades que fueron negligentes con esas construcciones, pero que se deben de identificar por fecha, ya que algunos de los problemas vienen de antes de las administraciones actuales.
Ahora vamos a ver un tema al que le debemos poner mucha atención: Lo que sigue. ¿Cómo se va a hacer y en qué va a consistir la reconstrucción en la Ciudad de México?
De entrada, ya hay un plan de la administración de Miguel Ángel Mancera para reconstruir, pero me parece que se queda corto y no tiene visión de largo plazo. Me explico:
El plan de Mancera para la reconstrucción consiste en:
1. Reparar edificios dañados que sean reparables.
2. Darle 3 mil pesos durante 3 meses para que renten una vivienda a quienes perdieron viviendas (donde se paga más de 10 mil pesos de renta al mes).
3. Dar créditos hipotecarios con intereses bajos a quienes perdieron su vivienda.
Eso está bien, pero sólo resuelve problemas de corto plazo. En el largo plazo la pregunta es ¿qué va a pasar si vuelve a ocurrir otro sismo igual? Porque hay otros edificios viejos y la mayoría de los nuevos si bien no tuvieron daños serios, eventualmente se van a deteriorar.
No sólo eso; ¿qué va a pasar con las personas que perdieron su vivienda y todavía la estaban pagando?
Lo que se debe hacer, por lo tanto, es lo siguiente:
1. Si su ingreso no les permite adquirir una nueva hipoteca o pagar renta encima de la hipoteca, condonar las deudas hipotecarias de quienes perdieron su vivienda en el temblor. Por lo menos de esa manera se les permite empezar de nuevo.
2. Hacer obligatorio un seguro de vivienda que sea pagado con el predial y administrado por un fideicomiso especial para desastres. Esto implicaría un aumento en el pago del predial, pero también la seguridad de que en caso de un temblor, si el contribuyente pierde su propiedad tendrá por lo menos la manera para levantarse y adquirir una nueva vivienda. Ya vimos que en 32 años hubo dos temblores devastadores. Por lo cual tiene todo el sentido del mundo requerir un seguro para desastres a cobrarse con el predial.
Porque está bien que se piense en el corto plazo. Pero si sólo pensamos en el corto plazo, y no planeamos para otra emergencia como la del 19 de septiembre, cuando vuelva a ocurrir --y volverá a ocurrir debido a que el DF está en una zona altamente sísmica-- una vez más nos estaremos quejando por no habernos prevenido.
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