martes, 15 de agosto de 2017

OJO @lopezobrador_ y @claudiashein: Las mujeres socialistas tenían más orgasmos

Por Victor Hernández

Me llamó la atención un artículo del New York Times publicado el 13 de agosto pasado con el título "Por qué las mujeres tenían mejor sexo en el socialismo."

Firmado por Kristen R. Ghodsee, el artículo hace referencia a varios estudios sociológicos de satisfacción sexual de las mujeres en los países del bloque socialista hasta antes de la caída del muro de Berlín y de la Unión Soviética.

¿Qué muestran todos los estudios al respecto? Que las mujeres que vivían en los países comunistas tenían más orgasmos y más satisfacción sexual que las mujeres en los mismos países que iniciaron su actividad sexual después de la caída de la Unión Soviética.

Cito algunos fragmentos del artículo:

Un estudio sociológico comparativo de alemanes del Este y del Oeste realizado después de la reunificación en 1990 encontró que las mujeres de Alemania del Este (la Alemania socialista) tenían el doble de orgasmos que las mujeres de Alemania del Oeste (la Alemania capitalista). Los investigadores se maravillaron a esta disparidad en los reportes de satisfacción sexual, especialmente debido a que las mujeres de Alemania del Este sufrían de la notoria doble responsabilidad de realizar un empleo formal y las labores dométicas. En constraste, las mujeres de Alemania del Oeste se quedaban en casa y disfrutaban de todos los productos para reducir el trabajo doméstico que les proporcionaba la economía capitalista. Pero tenían menos sexo y menos satisfacción sexual que las mujeres (de la Alemania comunista) que tenían que hacer fila para comprar papel de baño.

¡AH CHINGÁ!

¿A qué se debía que las mujeres socialistas tuvieran más orgasmos? Al hecho de que en el sistema socialista tenían garantizado su empleo, tenían derechos laborales que les permitían tener independencia económica -y por lo tanto libertad para hacer de sus vidas privadas lo que quisieran- y tenían jornadas razonables de trabajo que les permitían tener tiempo para actividades personales.

Una mujer de Bulgaria citada por el artículo del New York Times, por ejemplo, dice:

"Seguro, algunas cosas eran malas durante ese tiempo (durante el régimen comunista), pero mi vida estaba llena de romance. Después de mi divorcio, yo tenía mi trabajo y mi salario, y yo no necesitaba de un hombre que me mantuviera. Yo podía hacer lo que quisiera.

La misma mujer dijo em 2013 lo siguiente sobre su hija, quien nació en los 70s y llegó a la edad adulta al caer el muro de Berlín:

Todo lo que ahce (mi hija) es trabajar y trabajar. Y cuando regresa a casa en la noche está demasiado cansada como para estar con su esposo. Pero no importa porque él también está cansado. Así que se sientan enfrente de la televisión como zombis. Cuando yo tenía su edad, nos diveríamos más.

Y eso es sólo respecto al sexo. Respecto a tener hijos el problema es mucho más complicado. Una mujer alemana, por ejemplo, se quejó de la presión que le pone su madre, quien creció en la Alemania socialista, para tener hijos. Dice:

(Mi madre) no entiende que es más difícil ahora. Era mucho más fácil para las mujeres antes de la caída del muro. Ellas tenían jardines de niños y podían tomarse permisos laborales de maternidad, y sus empleos estarían ahí cuando regresaran. Yo trabajo de contrato a contrato, y no tengo tiempo para embarazarme.

Esto no es nuevo. El artículo señala que desde los 60s sexólogos checoslovacos señalaron que para que hubiera buen sexo en casa era necesario que hombres y mujeres se repartieran las labores domésticas y la responsabilidad de los hijos. De lo contrario "no habrá buen sexo."

Otro sexólogo polaco señala que "inclusive la mejor estimulación...no ayuda a obtener placer si una mujer está estresada y sobregirada de trabajo, preocupándose por su futuro y su estabilidad financiera."

Ese tipo de problemas laborales no existían en el comunismo.

OJO: NO quiere decir que el comunismo soviético es la solución a los problemas de insatisfacción sexual que puedan existir hoy en día. De ninguna manera. El régimen comunista era autoritario, sin democracia y sin libertad de expresión. Pero sí quiere decir que la solución a la insatisfacción sexual está en leyes laborales y económicas que garanticen el empleo, salarios que realmente alcancen para vivir (eso lo ordena la Constitución en México, por cierto, en la mayor parte de los empleos no se cumple), y que le permita a los trabajadores tener tiempo para tener una vida fuera del trabajo.

Es decir, tomar lo bueno que tuvieron los países socialistas (igualdad de género, leyes laborales justas) y no repetir lo malo (autoritarismo, censura, etc).

Todo eso puede co-existir con una economía de mercado. El problema es que los gobiernos de derecha (del PRI y del PAN) que han gobernado a México no lo han querido hacer con tal de quedar bien con los grandes empresarios que les dan carretadas de dinero en sobornos. Quieren mercado pero que sólo beneficie a unos cuantos, en vez de favorecer a un mercado que beneficie a todos.

En Morena, por cierto, deberían de leer el artículo del New York Times y adaptarlo a sus estrategias de campaña. No sólo deben promover la idea de la felicidad, sino la idea de que una sociedad donde hay igualdad económica tiene una mayor satisfacción sexual.

Igualdad ahora. Mejor ingreso y mejores condiciones laborales para un mejor orgasmo.

Ese slogan suena, la verdad, mucho más apetecible para los indecisos y para gente de todos los partidos que las jaladas patrioteras y religiosas de las que se ha estado colgando AMLO en los últimos años, la verdad. Ojalá lo puedan entender AMLO y Claudia Sheinbaum, quien tendría la campaña más fuerte para la Jefatura del Gobierno del DF si hiciera un llamado a las mujeres para alcanzar la igualdad.

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