martes, 27 de septiembre de 2016

Franco "Bifo": la noche americana, debate ¿...? @sladogna

En qué punto está la noche americana

Ayer asistí al debate entre un vocero nazi y la representante de las corporaciones globales. ¡¡Bonito espectáculo!!

Estoy en los Estados Unidos, en estos días, en Boston. Esta noche tengo una conferencia en el Instituto de Estudios Europeos, el tema es la noche europea.
Por tanto, he tenido la oportunidad de ocuparme de la noche americana en casa de amigos. Un interesante grupo de amigos: una niña china de Taiwán, un alemán de Nurennberg, un holandés, una chica coreana de Busan, un chico de ciudad de México y dos chicos de Nueva York. Los estudiantes e investigadores del Massachusetts Institute of Technology, trabajadores cognitivos precarios, gente como yo, como ustedes.


A las nueve en punto se enciende la tv y aparecen esos dos horribles zombies.
Lo que han dicho lo saben porque la prensa de todo el mundo por supuesto habla de este espectáculo. Me centraré sólo dos puntos, aparentemente marginales, que en mi opinión son la clave para entender la raíz del abismo en que estamos cayendo.

El primero es el momento en que la señora Clinton le dijo al Sr. Trump que él hace trabajar a la gente y luego no la paga, citando también ejemplos específicos. Bien, qué es lo que respondió la mierda?  Respondió como le gustaría y podría responder cada marchionne de la tierra. El dijo: Sí, es verdad he hecho trabajar de la gente y luego no los he pagado porque " i take advantage of the american law." la ley me permite hacerlo, así que no les pago. Sois vosotros los que habéis hecho las leyes, no? Y yo respetando la ley no le pago a gente que ha trabajado para mí.

Pero he aquí el punto central, que una vez más es el tema del trabajo. La mierda rubia ha repetido con insistencia un concepto: por culpa de ustedes liberals globalistas que usted firmó el TLC nuestros industriales transfieren sus inversiones a México y en otros lugares y nuestros obreros quedan sin trabajo.

Como si el NAFTA y los otros tratados de este género hubieran sido firmados por la potencia imperialista estadounidense para renunciar a sus beneficios. Por supuesto, las cosas están: el capitalismo norte-americano exporta industrias de baja composición orgánica por la sencilla razón de que no son provechosos como las industrias de alta composición tecnológica, y porque de esta manera, los EEUU tenían beneficios más altos que invierten en los sectores de punta por la que los países pobres son excluidos.

En este punto me di cuenta del hecho de que Trump ya ha ganado la batalla, aunque quizás al final no llegue a ser presidente. La Señora Clinton, en efecto, ha respondido de manera totalmente subordinada.

El argumento es que ambos estaban hablando sin por supuesto hablar de ello : de trabajo siempre hay menos necesidad. El tema que ambos estaban urtando es la urgencia de una política de apertura de la renta del trabajo.

Es sobre este tema de la globalización y sus efectos sobre el empleo que se juega el partido decisivo no sólo en EEUU sino en todo el mundo.

Los imbéciles (y lamentablemente el miedo transforma a muchos trabajadores en imbéciles) creen que el problema es traer a casa las inversiones, hacer trabajar a la gente, lograr el pleno empleo, reforzar las fronteras proteger el mercado del trabajo nacional, salir del euro y mierda de tractores. .

¿Verdad?

Pero el asunto es completamente diferente: de trabajo siempre hay menos necesidad. Vincular el ingreso al trabajo significa chantajear a la gente, hacerla trabajar cada vez más, cada vez peor y pagarle cada vez menos (o no pagarle nada). Esta elemental verdad es inconcebible, y la noche se hace cada vez más oscura, en América como en Europa.

Y en nombre del sagrado valor del trabajo vamos hacia el nazismo hacia la guerra, hacia un mundo en el que rubio asesinos estafadores y multimillonarios prometen de ocuparse de los trabajadores, de devolverles las cadenas sin las cuales no tienen más ni el pan ni la identidad.

Es el trabajo asalariado el enemigo, no el euro. Es el trabajo asalariado el enemigo, no Trump. Él es una mierda, como marchionne, pero son los imbéciles que predican el valor eterno del trabajo que permiten a estas mierdas de flotar.

27 de septiembre de 2016



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