miércoles, 13 de julio de 2016

Dice Coparmex que cuesta miles de millones el tráfico en el DF, pero siguen vendiendo carros

Por Victor Hernández

El pasado 27 de junio Reforma publicó una nota sobre la cifra de dinero que dice la Coparmex que cuesta el tráfico en el DF.

Según la organización empresarial, el tráfico en la Ciudad de México genera costos de 70 mil millones de pesos al año.

Jesús Padilla, presidente de la Coparmex, dijo que "esto es lo que le cuesta a la Ciudad la congestión que se mide en 2 formas: el tiempo que cada quien ocupa en trasladaerse y el comsumo energético. Cuánto estás gastando de gasolina o de diesel y, obviamente entre más tiempo te tome trasladarte, más consumo energético. Esas dos cosas nos llevaron a más de 70 mil millones de pesos."

¿Ah sí?

¿Y entonces por qué la Coparmex no pide que se dejen de vender autos en la Ciudad de México y la zona conurbada?

Porque el crecimiento poblaciónal va a seguir y la venta de autos también. ¿Cómo espera entonces la Coparmex que haya menos tráfico?

Peor: En la delegación Benito Juárez, por mencionar sólo un ejemplo, hay un verdadero caos de construcciones de edificios de departamentos, muchos irregulares, pero la Coparmex no les pone pero ni se queja, a pesar de que cada edificio le suma varios autos al parque vehicular.

Y OJO: La Coparmex no se quejó de la contaminación. Se quejó del tráfico.

En vez de estarse quejando por el tráfico, la Coparmex debería dejarse de hipocresías y se debería quejar mejor por las causas de que haya tráfico: la proliferación de edificios de departamentos, la venta constante de autos, y el hecho de que un montón de empresas tienen sus sedes en el DF, pero sus empleados vienen desde el Estado de México, en vez de tener las sedes en el Edomex y así tener el tráfico en donde debería estar.

Ah, es que hay otro detalle: hay empresas que son registradas ante notario en Edomex pero que están físicamente en el DF para poder deducir gastos que hacen el DF ¡como viáticos!

Pero de eso, insisto, la Coparmex no se queja. O bien, se queja de las consecuencias, pero no de las causas. Y no se queja de las causas porque los empresarios son precisamente los que se benefician económicamente de las causas.

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