miércoles, 9 de diciembre de 2015

García Linera: fácil hacer revolución díficil profundizar @sladogna


Álvaro García Linera, un militante, un vicepresidente, intelectual formado en gran parte en México, habla de un aspecto que hoy se muestra -tras el triunfo de la ultraderecha en Argentina, la derrota electoral del chavismo el domingo pasado- que muestra como el sector más olvidado de quienes pretendemos instalar una forma de vida de una sociedad un poco más vivible. Se trata de hacer una batalla cultural, subjetiva se trata de jugar con tres dimensiones al mismo tiempo para intentar desplazar al pequeño o gran capitalista que llevamos dentro pues allí nacimos. El domingo Bolivia, donde él ,entre otras funciones, tiene el cargo de vice presidente, ese país acaba de doblar el monto del aguinaldo que cobraran quienes trabajan, lo hacen sin que la clase empresarial ponga obstáculos ¿A qué se debe?
                       

A continuación transcribimos los extractos más destacados del discurso de García Linera, pero recomendamos ver el vídeo de poco más de siete minutos. García Linera prácticamente resume lo que es, nada más ni nada menos, la batalla cultural:

“La batalla [cultural] se la logra si usamos todos los medios posibles, todas las herramientas posibles: discurso, organización, libros, televisión, novelas, chistes, bromas, teatro, dibujo… todos los medios posibles de expresión del arte y del espíritu humano para transformar los esquemas más profundos del orden ético y del orden lógico con el que las personas simples y sencillas organizan su vida, organizan su mundo.”
“Es más fácil hacer una revolución que profundizar la revolución. Porque es fácil hacer la revolución aprovechando la crisis del orden neoliberal, pero es mucho más difícil anular el orden neoliberal en el espíritu, en el habla, en la ética; en la forma de organizar la vida cotidiana: ¡en el sentido común, pues!”
“Hay que convencer al que hace la telenovela, al guionista de televisión, al guionista de teatro; hay que hablar con el artista, hay que hablar con el que hace radioteatro, con el que hace presentación de música… hay que irradiar un nuevo sentido común revolucionario, que es irradiar un nuevo esquema espiritual que nos permita ordenar ética y lógicamente el mundo. Esa es la manera en la que el intelectual debe comprometerse: usar todas las herramientas posibles para desmontar el viejo orden lógico y ético del mundo y para introducir nuevas pautas.”
“Solamente si los intelectuales asumimos este reto multifacético, multiforme y absolutamente diverso, la batalla [cultural] para enfrentar esta monstruosidad que hoy día nos domina va a poder ser posible de llevar a cabo su triunfo.”
“Nuestro compromiso como intelectuales tiene que ser (…) escribir. Pero mucho más allá de escribir: difundir, transformar, con absolutamente todos los medios posibles de la vida cotidiana para llevar lo que sabemos hacer: ideas. Pero esas ideas y esos esquemas tienen que convertirse en sentido común, en hábito, en juicio y prejuicio, en conciencia y preconciencia de la gente. Y para eso debemos utilizar todos los medios. Somos luchadores de palabras y de símbolos, esta es nuestra misión.”
“Los guerreros de los símbolos y las palabras queremos llevar lo que ustedes hacen [la Revolución] más allá; más allá del decreto y de la ley, queremos llevarlo aquí dentro: en el espíritu de cada ama de casa, de cada obrero, de cada vecino, de cada vendedora del mercado, de cada joven que va al colegio y a la universidad. Si se complementa lo que hace el gestor de políticas revolucionarias y el gestor de símbolos revolucionarios, esto se hace indestructible.”
Aquí está la prueba de que Gramsci está más vivo que nunca en los que luchan.






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