sábado, 10 de octubre de 2015

Los que van a terminar comprando el viagra femenino serán los hombres

Por Victor Hernández

El 18 de agosto de 2015 la Administración de Alimientos y Medicinas de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés), aprobó la pastilla Addyi, apodada "el viagra femenino", con la cual supuestamente se incrementaría el deseo sexual en las mujeres.

Un par de días después apareció en la prensa mexicana una nota que deciría que tardaría 3 años en llegar a México el Viagra femenino, como si se tratara de algo de vida o muerte.

El detalle es que los medios en México nunca explicaron lo que es el mentado Viagra Femenino.

Para entenderlo, primero hay que entender lo que es el Viagra convencional.

El Viagra no incrementa el deseo sexual en los hombres. Su función es permitir el flujo de sangre al pene para poder tener una erección. Es una pastilla para hombres que sí tienen ganan de sexo pero no pueden tenerlo porque no pueden tener erecciones.

Se trata, por lo tanto, de una pastilla para un problema físico, no psicológico ni psiquiátrico.

El Addyi no se enfoca en problemas físicos ni de funcionamiento de órganos sexuales en las mujeres. Se enfoca en alterar las funciones del cerebro por medio de neurotransmisores en las mujeres para que, en teoría, tengan más ganas de sexo.

Por lo tanto, el Addyi no es un "Viagra femenino" que permita más flujo de sangre a la vagina, sino una droga que altera el cerebro.

El problema con el Addyi es que, de acuerdo con el New York Times, su efectividad es sólo 0.7% mayor a la efectividad de un placebo. De hecho, se le recomienda a las mujeres dejar de tomarlo si no ven que haga efecto después de 8 semanas.

Pero su precio sería igual de alto que el Viagra convencional, lo cual, la verdad, ya de plano huele a tomada de pelo, puesto que una mujer tendría que estar pagando por por esa pastilla durante 2 meses con el riesgo de que no tenga efecto alguno.

El segundo problema con el Addyi es la razón por la cual algunos médicos lo pretenden recetar: porque sus pacientes mujeres les dijeron que no tienen gananas de sexo y eso está provocando problemas con sus parejas.

O sea que quien realmente tiene el problema no es la mujer, sino su pareja.

Y es que en Estados Unidos 10% de las mujeres reportan tener falta de deseo sexual, lo cual les estaría causando "dificultades interpersonales" pero no problemas de salud.

Dicho de otro modo, la pastilla no es para ellas, sino para sus parejas.

Lo cual sugiere que en realidad quienes más van a comprar el "Viagra femenino" serán los hombres cuando sus parejas les digan que no quieren tener sexo y se les haga "anormal" que la esposa o la novia no quiera tener sexo cuando él si quiera.

El problema es que eso no es anormal. Nadie tiene por qué estar obligado a tener sexo sólo porque su pareja quiere.

Hay otro detalle: mucho más problemático para la salud psicológica y sexual que una falta de ganas de tener sexo, es el hecho de que estadísticamente no existe una cantidad "normal" de sexo. Y lo que muchos creen que es lo normal en términos de experiencias sexuales en realidad no lo es.

Esto fue puesto en evidencia por FiveThirtyEight.com, el sitio del analista de estadísticas Nate Silver.

En un artículo publicado el 19 de agosto por Leah Libresco sobre el "Viagra femenino", titulado "Las estadísticas podrían mejorar más tu vida sexual que el 'Viagra femenino'", FiveThirtyEight.com señala que la gente cree que lo normal es tener mucho sexo. Creen además que sus vecinos y amigos tienen mucho sexo, y que por lo tanto, al no tenerlo ellos, tienen un problema.

Pero en realidad lo que la gente cree respecto a la cantidad de sexo que tienen los demás es falso.

Por ejemplo; estudiantes universitarios en un estudio de sexualidad dijeron que creen que un 80% de sus compañeros de clase tienen sexo cualquier fin de semana. Pero las estadísticas indican que la cantidad de estudiantes universitarios que tienen sexo cualquier fin de semana es en realidad cercano a entre 5% y 10%.

Un segundo estudio encontró que los estudiantes universitarios de manera consistente sobreestiman la cantidad de sexo que tienen los demás.

Con las mujeres pasa lo mismo. Otro estudio reveló que las mujeres que participaron creen que la gente debería tener sexo "de dos a tres veces a la semana."

Pero una estadística de 2010 revela que menos de la mitad de los hombres y mujeres de entre 18 y 49 años que tienen parejas reportan tener sexo con esa frecuencia.

Se podría alegar que tal vez el problema es que aún hay mucha represión sexual y por eso la gente no tiene la cantidad de sexo que creen que deberían tener. Pero mientras no haya evidencia que respalde esa afirmación, también se puede alegar que lo que podría ser el caso es que simple y sencillamente mucha gente no tiene ganas de tener sexo con esa frecuencia.

Lo cual le podrá parecer imposible a muchos que creen que el sexo es un símbolo de estatus, pero hasta que no exista un estudio confiable al respecto, ambas posibilidades, ya sea de manera individual o en combinación, pueden ser el caso.

El artículo de FiveThirtyEight.com agrega este punto central:

"Cuando la gente mide sus vidas sexuales en relación a sus vecinos, tiene efectos negativos en su felicidad, no sólo con su satisfacción con sus vidas sexuales."

Aquí es donde el "Viagra femenino" tiene un problema muy serio, al generar la percepción de que una persona que no quiere tener sexo no es normal.

La gran ironía es que el incrementar las ganas de tener sexo en las mujeres no incrementa la satisfacción que podría darles su pareja. ¿De qué le sirve a una mujer tener más ganas sexo si su pareja se viene antes de que ella pueda tener un orgasmo, por ejemplo?

El que sí quedaría más contento si su pareja tuviera más ganas de sexo, aunque fuera eyaculador precoz, sería el hombre.

Por eso insisto: al final quienes van a terminar comprando el "Viagra femenino" serán los hombres, no las mujeres.

Las mujeres lo que deberían considerar es que no tienen por qué ceder ante las presiones de nadie para tener sexo. Y que la gente sólo debe tener sexo porque de verdad quiere tenerlo, no por presión de nadie.

Lo digo porque los defensores del "Viagra femenino" venden la idea de que casi casi es una pastilla feminista, que "iguala las cosas" entre hombres y mujeres. Pero el ajustarse a las demandas de sexo de los hombres ni es feminista ni iguala nada. Lo que hace es satisfacer las ganas de sexo de los hombres aunque las mujeres no tengan ganas de sexo.

Eso sí; todas las mujeres tienen el derecho a tomar "Viagra femenino" si se les pega la gana. Pero no estoy tan seguro de que sean muchas las que van a tomarlo por gusto. Y a juzgar por lo que publica el New York Times y FiveThirtyEight.com, creo que serán más las que lo tomen por presión de sus parejas.

PD: No me malinterpreten. A mi me parece muy bien que la gente tenga todo el sexo que se le antoje y con la frecuencia que se les pegue la gana: cada semana, cada dos días, cada tres días, diario, dos veces al día, tres veces al día, etc. Qué bien que la gente tenga mucho placer si tiene ganas. Pero esa es la clave: si tiene ganas. Si no tiene ganas, me parece lamentable que alguien tenga que consumir una pastilla que tiene efectos secundarios como náusea, mareo, sueño, y otros (esos son los efectos secundarios del Addyi), nadamás porque la pareja está presionando para que tengan sexo. Y si una mujer de verdad tiene la curiosidad por ver qué se siente tomar Addyi para ver si aumenta sus ganas de sexo también me parece bien. Teniendo ganas, lo que quieran se vale. Pero no teniendo ganas, ya no me parece correcto ceder a presiones o presionar a alguien para tomar cualquier sustancia o realizar cualquier actividad. Sexual o no.

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