jueves, 1 de octubre de 2015

Ayotzinapa fue el resultado de la persecusión política de Peña Nieto contra Marcelo Ebrard

Por Victor Hernández

La primer denuncia que hubo contra José Luis Abarca fue por asesinato del perredista guerrerense Arturo Hernández Cardona en el año 2013.

El primero que llevó la denuncia ante instancias federales, en octubre de 2013, fue René Bejarano, ya que Hernández Cardona era integrante de la corriente IDN. Bejarano llevó la denuncia primero con Jesús Murillo Karam en persona y luego, cuando Murillo Karam no quiso hacer nada al respecto, también la llevó en persona con Miguel Ángel Osorio Chong.

En vez de actuar contra Abarca, Enrique Peña Nieto lo invitó a un evento oficial en Guerrero. Fue ahí donde Peña y Abarca se tomaron la famosa foto que ya es de todos conocida a pesar de que el gobierno federal priista sabía de las acusaciones contra Abarca.

En 2014, la fiscalía de Guerrero solicitó varias veces a la PGR que girara orden de arresto contra Abarca por crimen organizado. La PGR no lo quiso hacer.

Llegó el 26 de septiembre de 2014 y Abarca ordena la desaparición y asesinato de los normalistas de Ayotzinapa.

Aún así, el gobierno federal priista de Enrique Peña Nieto no se quiso meter durante los primeros días luego de que se supo de la masacre a pesar de que era claramente un caso de delincuencia organizada y, por ende, del fuero federal.

¿Por qué no quiso Peña Nieto arrestar a Abarca cuando tuvo casi un año para hacerlo? Pues porque entonces entraría en conflicto con su propia estrategia de persecusión política contra Marcelo Ebrard, a quien Peña le tiene pavor porque sabe que, de ser candidato de izquierda, podría ganar la presidencia en 2018.

Y es que al ser Abarca integrante de Nueva Izquierda, corriente aliada de Peña Nieto en el PRD, arrestar a Abarca significaría un escándalo que le podría costar a los chuchos la presidencia del PRD en 2014.

Si los chuchos perdían la presidencia del PRD, Peña Nieto perdería a sus aliados políticos en el partido, mientras que el ganador de la presidencia perredista sería Marcelo Ebrard, quien regresaría al PRD a su verdadera identidad como opositor férreo al priismo.

Esa es la verdadera razón por la cual el gobierno priista no quiso actuar contra José Luis Abarca a pesar de que había amplia evidencia de que estaba involucrado en delitos federales; el hacer todo lo posible por no afectar a los enemigos políticos de Marcelo Ebrard en el PRD y así frenar a como diera lugar al ex Jefe de Gobierno, quien se perfilaba para ser el siguiente candidato de izquierda a la presidencia.

O dicho de otro modo, Peña Nieto permitió que ocurriera la masacre de Iguala y la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa por su enfermiza persecusión política y electoral contra Marcelo Ebrard.

Ahora bien; digo todo esto porque ayer Salvador García Soto se puso a hacerse el muy digno en su columna de El Universal, diciendo lo que ya se sabía: que el titular de la Segob, Miguel Ángel Osorio Chong mintió cuando dijo ante el Senado que el gobierno federal no tenía manera de intervenir en Iguala y, por ende, impedir el caso Ayotzinapa.

Al final de su columna, García Soto se hace el muy machito y dice "No mienta, secretario."

¡Huy! ¡Qué malote! ¡Le dijo a Osorio Chong que no mienta!

¿O sea que se supone que hay que aplaudirle a García Soto por tener una sola vez los huevos que nosotros tenemos todos los días? Que se vaya a la verga.

Peor: García Soto fue parte de la estrategia de Peña Nieto de persecusión política contra Ebrard, al publicar una columna alegando que Ebrard le había filtrado a Carmen Aristegui los datos de la Casa Blanca, lo cual no sólo era falso, sino que la propia Aristegui lo desmintió con datos duros.

En otras palabras, García Soto participó -si quieren sin darse cuenta, aunque lo dudo- en el mismo tipo de persecusión política contra Marcelo Ebrard que derivó en la masacre de Iguala.

Qué poca madre de García Soto de pretender hacerse el muy digno y el muy machito con Osorio Chong por el caso Ayotzinapa cuando, en su momento, García Soto participó en el mismo tipo de persecusión política contra Ebrard que le permitió a José Luis Abarca mantenerse en el poder el tiempo suficiente para que desaparecieran 43 normalistas.

¿Te pesa mucho Ayotzinapa, García Soto? Entonces se de verdad HOMBRE y di quién te dio la versión falsa de que Ebrard le filtró los datos de la Casa Blanca a Aristegui. Porque mientras no lo hagas, segurás siendo parte de la misma porquería priista que usa Peña Nieto para perseguir adversarios políticos así sea a costa de solapar a un canalla como Abarca, y por ende dar pie a una masacre de estudiantes. Payaso.

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