El pasado 25 de junio El Universal publicó una nota en la cual, sin darse cuenta, puso en evidencia que ya ni los militantes del PRI quieren a Enrique Peña Nieto y buscan remover a su grupo de la dirigencia del partido.
La nota titulada "Afinan método de elección de líder del PRI" pretendía establecer de una vez que no habrá elección de la dirigencia del PRI por medio del voto directo de los militantes, sino por medio de voto de delegados. Es decir, la vieja estrategia de impedir que los militantes sean quienes decidan a quién quieren de nuevo dirigente del partido.
Cito textual de la nota:
Fuentes del tricolor comentaron que el método a seguir será el de asamblea de consejeros políticos, es decir, que el CPN será el que decida quién encabezará la próxima dirigencia nacional.
"No se pretende llevar a cabo una elección abierta a la militancia porque venimos saliendo de una elección que tuvo muchas fallas en la operación y prueba de ello son los números", comentó un priísta."
Lo que eso quiere decir es lo siguiente:
1. En el PRI saben que perdieron en las elecciones intermedias. Y lo saben precisamente por los números, ya que literalmente perdieron alrededor de un millón de votos respecto a 2009.
2. Saben que los priistas culpan a Peña Nieto y a su gente por el desplome electoral del PRI, al cual pudieron sobrevivir sólo porque MORENA dividió a la izquierda.
3. Por consiguiente, Peña Nieto, quien es integrante de la dirigencia del PRI, no quiere que sean los militantes los que elijan al nuevo dirigente del tricolor, ya que sabe que la militancia lo va a rechazar. Por consiguiente, lo que quiere el PRI es una elección sólo con el voto de consejeros políticos, los cuales son controlados por el grupo de Peña.
Esto tiene aún más sentido si consideramos que los nombre que se barajan para la dirigencia del partido son:
1. Manlio Fabio Beltrones.
2. Enrique Martínez, secretario de agricultura de EPN.
3. Alfonso Navarrete Prida, secretario del trabajo de EPN.
4. Miguel Ángel Osorio Chong, titular de Segob.
De la lista podemos eliminar con toda certeza a Osorio, quien se hundió con la fuga del Chapo Guzmán.
De los tres que quedan, Beltrones es enemigo político de Peña Nieto y quiere ser candidato presidencial, cosa que no quiere Peña. Por consiguiente, sería bloqueado por los delegados políticos peleles de Peña Nieto.
Enrique Martínez sería un excelente pelele de Peña Nieto, pero no proyecta fortaleza en el CEN justo cuando Peña Nieto está hundiéndose.
Queda entones Alfonso Navarrete, quien ha sido achichincle de Peña Nieto desde que era gobernador de Edomex. Navarrete sería la única via por la cual Peña Nieto podría seguir manteniendo el control férreo del partido que ha mantenido con César Camacho, quien dejará el cargo para irse a la Cámara de Diputados.
Pero como la dirigencia ya no quiere a Peña Nieto, si la elección fuera abierta a los militantes Navarrete no podría ganar. Al contrario. Posiblemente ganaría Beltrones. De ahí que la elección del PRI no será abierta a los militantes, sino por dedazo a los consjeros políticos.
A estas alturas el lector se debe estar preguntando "¿y todo esto qué tiene que ver con la izquierda?"
Tiene que ver con el hecho de que si Peña Nieto le impone a la militancia del PRI a su gente a la fuerza, empezará a cocinarse una situación similar a la que ocurrió en el sexenio de Fox con Roberto Madrazo, quien bloqueó a sus oponentes para quedarse con el control del partido y ser candidato a presidente.
Cuando eso sucedió, el PRI se dividió, lo cual permitió que la izquierda pudiera ganar.
Si el PRI se divide nuevamente debido a la imposición de otra dirigencia "Atlacomulco", y si la izquierda logra una alianza por lo menos entre el PRD y MC, la izquierda estará en posibilidad de dar pelea al PRI en 2018.
Porque de que el PRI se va a desplomar en 2018 por sus broncas internas y por la pésima administración de Peña Nieto no hay duda. El problema será que la izquierda logre capitalizar esa división para poder ganarle al PRI inclusive con la división del voto de MORENA.
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