El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación revocó ayer la candidatura plurinominal de Marcelo Ebrard a diputado federal a pesar de que no había justificación para revocarla, causando de esa forma un fuerte tufo a que al TEPJF le dieron línea en Los Pinos para que lo hicieran.
Contrario a lo que alegan los medios de derecha, Ebrard no necesitaba fuero para evadir alguna responsabilidad por la Línea 12 del Metro. Si la tuviera, hace mucho tiempo que lo hubieran arrestado. Pero no ha sido el caso.
La verdadera razón por la cual se ordenó desde Los Pinos impedir la candidatura de Ebrard fue porque el PRI sabe que Marcelo Ebrard es el único presidenciable de izquierda que realmente puede ganarle al PRI, ya que es el único que puede atraer voto útil del PAN, el cual es absolutamente indispensable para poder ganar una elección.
De haber sido diputado federal de Movimiento Ciudadano, Ebrard hubiera sido el coordinador de la bancada, y la Cámara de Diputados hubiera sido un excelente escaparate político, ya que sería de los pocos políticos en San Lázaro dispuestos a decirle sus verdades a Peña Nieto.
Peña y el PRI, desde luego, no querían para nada que Ebrard pusiera ese ejemplo y que se viera en los medios. La popularidad de Ebrard crecería y se convertiría en la peor pesadilla del PRI en 2018.
Por eso maniobró el PRI para quitarle la candidatura a como diera lugar.
Pero eso no significa que Ebrard está fuera de la jugada para 2018. Aún tiene opciones para escaparate político.
La primera es convertirse en la imagen de Movimiento Ciudadano, apareciendo en todos sus spots de aquí a 2018. Igual que como hace Andrés Manuel López Obrador con Morena. Si Ebrard aparece en todos los spots de MC estará presente en los medios y no sólo en los reportes de prensa.
La segunda es iniciar una estrategia de difusión por internet con videos semanales y viajando por el país para entrevistar a la gente en la calle y darse a conocer tanto dentro como fuera de redes sociales.
La opción 1 es relativamente fácil. Todo es cosa de que Dante Delgado acepte. La opción 2 es más complicada y requiere de mucho trabajo. Ebrard deberá evaluar si quiere hacerlo o no, pero serían las opciones más eficaces para seguir en el escaparate político aunque el PRI le haya impedido ser diputado.
O bien, está la opción 3 que es más complicada:
1. MC postula a alguien más para la pluri que le habían asignado a Ebrard.
2. Ponen a Ebrard de SUPLENTE para esa pluri.
3. Al iniciar la legislatura, el pluri renuncia al cargo y Ebrard queda como diputado federal.
La estrategia Juanito, pues. Es complicada, es controversial, pero es la mejor forma de tirarle un dedo al PRI y al TEPJF, como hiciera AMLO en 2009 con Clara Brugada.
Así que Marcelo aún tiene opciones. Descartarlo de 2018 sería un error.
Y quienes dieron de brincos de alegría por la anulación de la candidatura de Ebrard no deberían festejar, ya que ahora Ebrard ya puede decir con todas las de la ley que le aplicaron un desafuero como a AMLO.
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