jueves, 26 de febrero de 2015

Por qué no es creible el deslinde de Segob por la muerte del maestro Claudio Castillo

Por Victor Hernández

Horas después de que se diera a conocer que el maestro jubilado Claudio Castillo Peña fue asesinado por la Policía Federal debido a la golpiza que le dieron a manifestantes de la CETEG que protestaban en Guerrero, el gobierno federal priista de Enrique Peña Nieto, por medio de la Segob, pretendió deslindarse de la muerte del maestro Castillo, pero con excusas endebles que no sólo se caen solas, sino que además muestran un cinismo ofensívamente nausabundo.

El alegato principal de Segob, por medio del comisionado nacional de seguridad, Monte Alejandro Rubido, es que el maestro Castillo no murió de golpes en la cabeza, sino en las costillas.

Con lo cual Rubido pretende que creamos que la Policía Federal no es capaz de golpear a nadie en otro lugar más que en la cabeza, donde, mire usted que cosas, pueden matar a alguien por los golpes.

Eso es cínico, ofensivo y nausabundo por parte del gobierno federal priista de Enrique Peña Nieto.

Pero además es mentiroso, ya que la PF da toletazos a los manifestantes donde se le pega la gana, no sólo en la cabeza. Rubido tendría que demostrar que la PF nunca ha lesionado a nadie más que en la cabeza para que eso fuera creible.

En segundo lugar, el alegato de Rubido es que las lesiones en las costillas del maestro Castillo son por "aplastamiento".

Pero tan no es creible ese alegato de Rubido que él mismo no se atreve a afirmar de manera categórica que eso fue lo que le pasó al maestro Castillo.

En vez de afirmar categóricamente, Rubido lo dijo usando expresiones como "posiblemente" y "se presume." Nunca lo pudo afirmar.

¿Y exactamente qué aplastó al maestro Castillo con tanta fuerza y tanto peso que le partió las costillas?

Segob tampoco se atreve a dar una explicación. Se limita a decir que un supuesto manifestante se subió a un autobús y embistió a la Policía Federal, y que luego se echó de reversa hacia donde estaban los manifestantes.

¿Lo atropelló el camión entonces?

El problema con esa tesis es que:

1. ¿Cómo es que ningún policía federal, ni ningún otro maestro más que Claudio Castillo fueron aplastados?

2. ¿Cómo es que no hay un sólo testigo de que el maestro Castillo fue atropellado? Si había varios manifestantes atrás del camión, alguién lo debió haber visto, pero nadie lo vio.

No sólo eso; la CETEG dio a conocer ayer que quien tomó el autobús y embistió a la policía no fue ningún manifestante de la CETEG, lo cual sólo dejaría una posibilidad: el camión lo manejó un policía.

Por otro lado, si no fue el camión el que aplastó al maestro Castillo, entonces sólo una cosa le pudo haber roto las costillas: que la Policía Federal lo hubiera atacado a toletazos y patadas, ya que si alguien lo hubiera pisado tendría lesiones en el frente del tórax y no sólo a los lados.

Esto lo que sugiere es que el gobierno federal priista de Enrique Peña Nieto sabe que sí asesinó al maestro Castillo y ahora está inventando una mentira para tratar de negarlo porque sabe también que otro crimen de Estado va a ser el acabose electoral para el PRI.

Pero que no se hagan tarugos; el maestro Castillo no fue el único manifestante seriamente lesionado por la Policía Federal. Varias fotografías muestran la saña y la barbarie con la que la policía agredió a los manifestantes.

Y eso tiene el típico estilo de la represión priista de Peña Nieto que ha sido su marca desde la represión de San Salvador Atenco.

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