Marcelo Ebrard (@m_ebrard) debe ser diputado y @jesusortegam no debe negarse

Por Victor Hernández

Marcelo Ebrard sí busca ser diputado federal por la vía plurinominal y además coordinador de la bancada del PRD en San Lázaro.

Luego de la guerra sucia que le hizo el PRD por la Línea 12 del Metro, y lo bien que Marcelo respondió a esa guerra sucia -puso de plano al PRI a la defensiva- cualquiera en el PRD podría ver sin problemas que en efecto, Marcelo es el mejor cuadro que tiene el PRD para San Lázaro.

Pero declaraciones de Jesús Ortega, líder de Nueva Izquierda y de facto del PRD nacional, parecen indicar que Ortega no quiere que Ebrard sea diputado.

"Es todo un proceso tan complejo que quien hoy afirme quién va a ser candidato del PRD de representación proporcional está mintiendo, tratando de engañar", dijo Ortega en obvia referencia a Ebrard.

Admitió, eso sí, que "estamos explorando posibilidades, efectivamente, debo decir que nuestros compañeros han platicado con él (Ebrard)."

Si Ortega está sugierendo que no le quiere dar la pluri a Ebrard, o que dificultarle el obtenerla, entonces se estará dando un tiro en el pie.

Porque luego de que renunciaron al PRD Alejandro Encinas y Cuauhtémoc Cárdenas, el único cuadro fuerte en el PRD a nivel nacional, y con posibilidades reales de ganar la elección presidencial en 2018, es precisamente Ebrard. ¿Qué sentido tiene impedir que Ebrard sea diputado y coordinador de la bancada perredista?

Para el PRD como partido no tiene ningún sentido. Pero para Jesús Ortega y los chuchos como grupo político aliado de Enrique Peña Nieto sí lo tiene, ya que Ebrard no sería blandito con el PRI ni sería comparsa de Peña.

Tendrán entonces los chuchos que decidir si quieren perder también a Marcelo Ebrard y convertirse en un partido menos popular que el PVEM nadamás para poder seguir estando de lambiscones con el PRI, o si quieren ganar la presidencia con Ebrard en 2018.

Si Ortega fuera listo, se daría cuenta de que le conviene más al PRD que Marcelo sea coordinador del partido en San Lázaro. De lo contrario, no podrá el PRD sobrevivir más allá de este sexenio.