Con 327 votos a favor de los partidos salinistas y 125 en contra de la izquierda, el dictamen de reforma a la Ley de Presupuesto y Responsabilidad Hacedaria se aprobó para que la deuda de 1.1 millones de millones de pesos de Pemex la paguen los mexicanos con sus impuestos.
A cambio, las pensiones de los trabajadores de Pemex se tendrán que privatizar y la Auditoría Superior de la Federación hará una auditoría sobre la deuda de Pemex para detectar actos ilegales.
Esto fue visto como una tomada de pelo por parte del PRI y del PAN, ya que además de que la ASF tardará un año en determinar si hubo algún ilícito y no hay garantía de que se fincarán responsabilidades o de que alguien irá a la cárcel.
El PRI y el PAN quisieron convertir a la deuda de Pemex en deuda pública para poder privatizar Pemex.
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