Esto no le va a gustar a muchos de los que hoy le lloran a Gabriel García Márquez, pero él era favorito de la ultraderecha de Estados Unidos.
Esta es la vera historia:
Las preparatorias (High School) de Estados Unidos tienen un programa "avanzado" de clases que, de aprobarlas, le dan a los alumnos crédito equivalente a una clase de universidad.
Los estudiantes que toman esas clases y pasan un examen al final del año no tienen que tomar las clases equivalentes en la universidad y se ahorran el tiempo y el dinero en tomarlas.
Advance Placemente (Colocación Avanzada) o "AP", es como se llaman esas clases, que incluyen matemáticas, inglés, historia, química, arte, francés y español.
Las clases AP de español se dividen en lenguaje y literatura.
El programa original de literatura en español AP incluía a los siguientes 5 autores:
1. Miguel de Unamuno
2. Federico García Lorca
3. Jorge Luis Borges
4. Pablo Neruda
5. Ana María Matute
En los 80s, al gobierno de ultraderecha del republicano Ronald Reagan no le gustó que estuviera en la lista de lecturas Pablo Neruda. Obvio: Neruda criticaba en su poesía abiertamente a la CIA y a los dictadores impuestos en América Latina por Estados Unidos.
Así que la orden del gobierno de Reagan fue eliminar de las clases AP de literatura en español a Neruda y reemplazarlo con Gabriel García Márquez.
Al gobierno de Reagan le gustó García Márquez porque no era subversivo y no se metía con Estados Unidos. No le era incómodo a la ultraderecha y, más bien, resultó ser su favorito.
¿Cómo se todo esto? Porque yo fui estudiante de literatura en español AP cuando viví en Estados Unidos y aún recuerdo a los maestros quejarse del retiro de Neruda de las clases AP.
Uno de los maestros, quien no era izquierdoso, pero sí muy conciente de lo que pasaba en América Latina, llegó a decir que cuando quitaron a Neruda y pusieron a Márquez consideró ya no dar la clase. De ese tamaño le decepcionó que el gobierno de Reagan le impusiera a García Márquez para quitar a Neruda.
Esto muy pocos lo saben. Particularmente en la izquierda. Ahora ya lo saben más.
"¡Pinche Victor, insensible! ¡No tienes respeto! ¡Se acaba de morir García Márquez! ¡Eres un ojete!"
Respondo: Iconoclasta, por favor. Y ojete, desde luego. Pero mentiroso no.
Reitero lo que dije antes: la izquierda se aferra a sus íconos aunque se hayan estancado y sean un ancla en el pasado que no los deja evolucionar. Lo hacen por güevones, por miedosos y por pendejos; porque en la izquierda es más fácil quemarle incienso al líder vetusto aunque sea caduco, que forjar nuevas estructuras que de verdad le puedan hacer competencia y derrotar a la derecha.
¿Que les gustan los cuentos y las novelas de García Márquez? Muy el gusto de cada quien. Pero aferrarse al pasado con el pretexto de un nombre me parece ocioso y un lastre para que la izquierda de verdad progrese.
Hasta que la izquierda aprenda a dejar ir al pasado, no podrá mirar hacia el futuro. Eso sí que es lamentable.
PD: Considero a Charles Schulz como el padre de la tira cómica moderna. Como caricaturista me pareció siempre genial. Pero como persona siempre me pareció lamentable, particularmente su adoración por Ronald Reagan. Es por eso que me pareció mucho más triste cuando Schulz anunció su retiro por cuestiones de salud que su muerte a causa de cáncer en 2000, un día antes de que se publicara su última caricatura. La pérdida del trabajo de Schulz era lo triste. La pérdida del hombre es algo privado que sólo debió ser de la incumbencia de sus familiares y amigos. Lo mismo pienso de García Márquez.
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