miércoles, 14 de noviembre de 2012

Lo creible y lo difícil de creer de la versión de la PGJDF sobre Cinépolis

Por Victor Hernández

La Procuraduría General de Justicia del DF determinó que la bala que mató al niño Henrik Cuacuas en el Cinépolis de Ermita, Iztapalapa, fue una bala perdida detonada desde afuera del cine.

Llegó a esta conclusión debido a que encontraron un hoyo en la azotea del cine por el cual debió haber pasado la bala.

La versión tiene cosas creibles y cosas realmente difíciles de creer. Veamos:

LO CREIBLE:

1. Sí es creible que una bala perdida hubiera hecho un hoyo en la azotea del cine si esta era de lámina y plafón. Depende realmente de la distancia a la que se hizo el disparo.

Y es que una bala disparada al aire regresa al suelo con un poco menos de fuerza debido a la fricción del aire, pero con suficiente fuerza para hacer daño.

(Es de las cosas que más recuerdo de mis clases de Física en la prepa. La razón por la cual una bala tiene una fuerza cercana a la del disparo es por la fueza con la que la gravedad frena a la bala en su trayectoria hacia arriba y la manda de greso a la tierra. La fuerza de gravedad logra generar una velocidad similar a la de del disparo, pero con un poco de menos fuerza por la fricción del aire.)

2. El hoyo en la azotea se veía oxidado. Considerando las lluvias que han habido en la ciudad recientemente, sí es posible que se de esa oxidación en diez días.


LO DIFÍCIL DE CREER:

1. Que teniendo un hoyo en la azotea, y con las lluvias recientes en la Ciudad de México, no hayan tenido una gotera en el cine.

2. Según Cinépolis, hubo un incidente de un lesionado en el PRI en marzo pasado. Asumiendo que fue con el mismo escenario de una bala perdida ¿dónde está el hoyo en la azotea de ese disparo?

La PGJDF debería dar una explicación a esas dos cuestiones.

Pero lo que es realmente grave es que Cinépolis no haya dado parte a las autoridades de lo ocurrido ni buscado la manera de averiguar qué fue lo que pasó. Si la bala no vino de dentro del cine, sí fue una agresión que exigía la intervención de las autordades de todos modos.

Por esa irresponsabilidad deben responder la empresa y su dieño Ramírez.

Porque si esto hubiera seguido igual, quien sabe cuántos muertos más habría sin que las autoridades se dieran cuenta.

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