El caso de Nueva Jerusalén ha puesto en evidencia la doblecara, irresponsabilidad e inmoralidad del gobernador priista de Michoacán, Fausto Vallejo.
Desde julio pasado, religiosos del poblado Nueva Jerusalén, del municipio de Turicato, han pretendido impedir que se establezcan escuelas públicas en el pueblo. En julio, destruyeron con marros y picos un jardín de niños y le prendieron fuego a mobiliario escolar. Que porque la Virgen de El Rosario se los pidió. Que porque no quieren educación laica.
¿Y qué hizo Fausto Vallejo? Nada. Decir que se habilitarían otras aulas. Pero no se castigó a nadie por destrucción de propiedad del Estado.
Ahora, desde hace dos días, los religiosos impiden la entrada de maestros al pueblo y además pretendieron impedir que se impartan clases ¡de la SEP! inclusive dentro de una casa particular.
Para ese propósito, ayer los religiosos bloquearon el acceso a la casa y protagonizaron conatos de violencia a pedradas y golpes.
¿Y qué dijo Fausto Vallejo. Que "la tolerancia tiene límites."
Esto a pesar de que, de acuerdo con Vértico Político, Nueva Jerusalén "es dirigida por líderes religiosos, como el obispo Martín de Tours, y una vidente, Rosa Gómez Gómez, quien se comunica con la virgen del Rosario."
El obispo se apoya, dice Vértigo, en "un grupo armado llamado La Guardia de Jesús-María".
De Tours declaró, continúa Vértigo, la educación laica es una ofensa para la gran mayoría de personas que profesan los mandamientos de la virgen del Rosario; que nadie está por la fuerza en Nueva Jerusalén, y que los que viven ahí es porque quieren salvar al mundo.
Para todo eso ha tenido mucha tolernacia Fausto Vallejo. Pero cuando se trató de estudiantes universitarios protestando para pedir más presupuesto para promover las casas del estudiante en Michoacán, para eso Vallejo no tuvo tolerancia, por lo cual ordenó a la policía que los arrestara y reprimiera en apenas 2 días de manifestaciones.
Parecería que lo que realmente no quiere el priista Fausto Vallejo es que haya educación pública en Michoacán.
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